Ya no hay un porvenir, ya no hay un andar,

Solo quietud es lo que encuentro.

Los relojes siempre para la derecha

Los minutos corren y corren llenos de dichas

Marchitos de esperanza.

Ya no hay un mañana

No llega

Por más que lo espero sentado

No llega.

Cubierto con un edredón de asedio

Soportando el frió que emana del universo entero

No llega, ya no hay un mañana.

La triste soledad es un porvenir que nos aguarda

Ni la liviandad del puelche primaveral nos germina

Ya no hay nada, no llega el mañana.

Me agonizan las ganas de vivir

Me desfallece el rostro de la nada

La multitud ¿qué espera? si no llega el mañana

Cada vez me cuesta más sentir mi alma.

Los sentimientos son sátiras de la juventud

Y el porvenir solo una ilusión

Del mañana que no llega.

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