En tu atmósfera

Por mucho tiempo giré entorno a tú atmósfera, pero ya no siento la misma calidez de antes.

Decidiste marcharte, no creas que te seguiré forzando a quedarte; luego de todo el daño que me causaste.

Ambos sabemos que lo nuestro no anda bien, pero si en verdad esta es tú decisión déjame pedirte que te lleves lo siguiente:

Llévate contigo la complejidad de tu personalidad, pues a partir de ella pude sacar mis conclusiones con mucha facilidad, todas basadas en la simplicidad.

Llévate contigo los hermosos recuerdos de la primavera, mientras yo sigo aquí sumergido en los vientos alisios del invierno que se han vuelto para mí una verdadera tempestad.

Llévate contigo las flores y los chocolates que te di y precisamente no me refiero a los físico, sino los que mi pobre corazón día a día te entregaba.

Llévate contigo la rara sensación de extrañarte, cuando realmente tú no hacías ni el mínimo esfuerzo de pensarme.

Llévate contigo la razón con la que aniquilaste mi corazón, al fin y al cabo nunca te importó esta relación.

Llévate contigo el inmenso amor que te daba, mientras yo recupero mis sentidos en este tren llamado “olvido”.

Llévate contigo la luz que por mucho tiempo me iluminó, de verdad eres tan tenue como la luz con la que alumbras tu propia vida.

Llévate contigo la excusa barata y los falsos pretextos, me queda muy claro el truco que usaste durante todo este tiempo.

Antes de que te vayas, no olvides cerrar la puerta pero antes déjame pedir solo una cosa:

¡Por favor!… Llévate contigo, los pedazos de este corazón roto que una vez te amo.

Llévatelo… ¡Llévatelo todo!

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