Las RR.SS son un hecho REAL.

Las RR.SS son un hecho REAL.

Caro Quito

05/09/2019

En 1987 no se nace con tanta sensibilidad 3D en tamaño chat. Creí que la tenía, pero en los 90’s el Latinchat era lo más que podías aspirar y aunque algo superficial, era LA opción de nuestras épocas… y yo en realidad sólo entraba porque quería probarme que podía escribir rápido en el teclado y quizás en el vuelo, intentar tener amigos en el extranjero. El Latinchat era alegre, latino, grupal, masivo, harto D.F y siglas que tenía que aprender. Siempre hay algo de la modernidad que debo aprender, no sé por qué no vine con eso ya configurado. Hoy, años post Latinchat y ya no chateando masivamente, sino que en privado y con un novio real, observo que estoy siendo querida y afectada a diario por palabras y símbolos más que por personas mismas. Así descifro todo esto, pero no lo entiendo, no me sale fácil, y lo que es como la PSU para mí, algo muy difícil de resolver, son esos denominados “emoticones”.

Estoy en frente a la pantalla de mi celular, y a diario me muestra un montón de dibujos que no comprendo cómo utilizar. Es que ese no me resulta correcto, porque no se parece tanto… es que no sé si llora o se ríe. Una vez escribí algo triste y me enviaron de vuelta el dibujo de la carcajada con lágrimas. Pero es que se está riendo y uno no llora con risa. Yo cuando lloro, es de pena o rabia y un dibujo para esa emoción no existe, fuck! Tengo que hacer un mix, un tutti-frutti, una macedonia de dibujos, pero ¿los tendré que unir con un signo “más”? Son todo un mundo, en distintos colores, con distintas variaciones. Yo prefiero los dos puntos y el paréntesis derecho, ese que hacíamos constantemente en el celular, ese celular gigante que no cabía en un bolsillo, que tenía antena, que aunque lo botaras mil veces siempre sobreviviría, ese clásico que tenía ese juego de la víbora, ese que las generaciones 2000 ni deben entender de lo que estoy hablando.

En ese clásico celular de color negro y pantalla verde, tú chateabas vía SMS y costaba $50 pesos de tu saldo total, entonces mandar un SMS tenía sentido, era importante, sobre todo cuando flirteabas con alguien, porque no mandabas cualquier cosa, no tenías mucho saldo porque no teníamos el celular como ítem regular de nuestros gastos, entonces todo tenía que caber en un mensaje y tú debías mandar lo justo y necesario, porque no estábamos en épocas para desperdiciar el dinero o la bolsa de mensajes, que era lo que más comprábamos. Porque algo tenía el mensaje escrito que no tiene la llamada telefónica, que no tiene el mensaje de voz. El envío y recepción de esas letras, de esa información que contiene el pensamiento del otro es lo que nos sobre excitaba. Tardaba en llegar y no años como una carta, sino que un par de minutos, pero tenía toda la información que necesitabas para entretenerte en las noches o en el día, para escuchar ese pitito, agudo como Whitney, que te entregaría la felicidad de lo que podía significar para nuestra generación un flirteo vía chat. Después tenías el buzón de entrada lleno de mensajes y tenías que borrarlos y no sabías cual borrar, cuál hacer más importante que el otro. Cuál merecía la pena para descansar en tu celular por mucho tiempo más. Porque si ese flirteo prosperaba, los mensajes posteriores serían mucho mejor, entonces subías el nivel de exigencia. Era todo un mundo, todo un lenguaje. Nos movíamos en eso, nos comunicábamos con eso.

Pienso que ahora en los 2000 y algo, la panacea sería dar clases de chat a las generaciones desde el 87’ hacia abajo, esas que de a poco nos acostumbramos a los nuevos dispositivos, los que, de una u otra manera, se han transformado en el sino trágico de nuestras vidas. Porque te apuesto que todos los del 87 hacia abajo han tenido más de un problema gracias a este nuevo sistema de comunicación. Si no era el teclado con número que además contenía las letras y que tenía textura y volumen, no contentos con esa dificultad, hoy en día nos ponen a lidiar con una pantalla más sensible que cualquiera de nosotros en época de pubertad.

Entonces como en Chile tenemos que buscar la “papita” de todo, el “negocio” de cualquier cosa, esto se vuelve perfecto, sobre todo para ti, joven emprendedor. En épocas donde se nos exige “emprender”, ofrezco la idea “Aprende RR.SS” (redes sociales), asistiendo a esta modalidad de clases sabrás todo sobre todo. Sobre todo, sobre los denominados “emoticones” y etcs. Para no usarlos mal, para evitarnos la puteada de vuelta en mayúscula y con harto signo de exclamación. Para que las madres ejerciten la rapidez, para que los adultos no manden los dibujos de “mierditas” creyendo que son chips de chocolate o para que seres como yo, que están ad portas de arruinar su relación amorosa vía chat, entendamos que…

Mierda. Ahí está. Volvió… “escribiendo”… “escribiendo”… “escribiendo”… “escribiendo”. Me pongo nerviosa, me intento calmar en el acto, porque aún dice “escribiendo… “escribiendo”…. Esto es más inmediato que el SMS y me produce un nivel de ansiedad de adolescente. Pienso esto y vuelvo al celular, aún: “escribiendo”…. “escribiendo”… Ah, mierda, esta puteada se viene grande y todo por una fuckin coma o un fuckin punto que de seguro no escribí bien o qué sé yo. Porque él siempre me llama la atención por mi escritura, para qué decir algo de cuando no le parece el puto dibujo que, por supuesto, no debo haber mandado correctamente.

Es que para mí esa mano significa “ok”, pero cualquier tipo de “ok”… ¿eso también está mal? Deberían las madres enseñarles desde pequeño a controlar más las emociones que un chat o un dibujito les puede provocar a los niñitos… sí a ellos, los sensibles frente al texto.
Yo debería hacer magísteres y doctorados en las “Aprende R.R.S.S.”, en realidad, lo debería mandar a él y debería chantajear a los profesores para que él repita los cursos. Cómo tanto escándalo. Me dan ganas de tirar el celular lejos, si ni con la sección de fútbol del diario le llegaban tanto las palabras y ahora un “ok” va a ser motivo de discusión y en mayúscula por cierto, porque de seguro que en el curso éste, la mayúscula significa levantar la voz. Así parece, la mayúscula significa una voz fuerte, con groserías y signos de exclamación. Y si me escribe en mayúscula, entre guiones y separando por sílabas, es porque me está hablando fuerte, pausado y claro. Pero si él…

Llega el mensaje! Puta madre quiero responder y ahora los dedos se me entrampan en palabras mal escritas y en estos momentos comienza la guerra, porque quien escriba más rápido tendrá la verdad. Entonces nos leemos desfasado y hey! Todavía no me respondiste lo que te acabo de escribir más arriba… Ay no pero qué histérica en repetir la pregunta… pero me parece importante ahondar en ese punto, sí. Y además me quedó bien escrito, si le puse tilde y todo.

Mucho mejor que esa falta de ortografía que no soporto. Siii, porque si tú me vas a corregir gramática, entonces yo te corrijo la ortografía y no me alegues. Si hay CORRECTOR ORTOGRÁFICO, sí y existe la mayúscula también, pero para una sola letra, mi amor!
Noo! Pero tú te metiste todo eso por el culo también. Sí y bien metido, ahí donde debe estar mi párrafo bien escrito y con buen argumento que pasaste por alto. Obvio. Es que eso no se me olvida. Si pasó hace como tres líneas atrás. Hey tranquilo, cariño! Bájale a los signos, cómo tantos! Pero si al final esta discusión es subjetiva, cada uno lee lo que quiere leer y cómo quiere leerlo, porque tampoco me armaste un texto con didascalias para señalarme lo que… Ah no, este ser! Hey!!!

Por qué chucha este huevón no me llama.

Tipeo: “NO PASA NADA”… mierda lo puse con mayúsculas. Pongo entre paréntesis: “no es de pesada, pero es cierto. No lo digo en MALA onda?”… Enviar.

Mierda, no revisé y se me fue un signo de interrogación al final.

Tipeo a la velocidad de la luz: Nooo, irónica yoooo, qué te pasa? Por qué voy a ser irónica. Hey, loco, el signo de interrogación se me fue, no lo digo por ti. Oye pero cuánta capacidad interpretativa, loco! Hey, digo loco, porque qué onda, le estai poniendo musho.

Pero por qué sarcástica ¿por decir musho?… lo tengo en el corrector, culiao que me cagas todo el tiempo.

Apreté enviar.

Reviso luego de enviar.

Alto.

Fin de mundo. Cagazo.

Reviso: “lo tengo en el corrector (coma) imbécil que me cagaS (ese) todo el tiempo”. Esa “coma” y esa letra “s” me van a cagar el resto de esta discusión.
Si un signo de interrogación le hiere como daga de sarcasmo que atraviesa lentamente su pecho sangrante, esto atraviesa los parámetros del maltrato como golpes indescriptibles.

Yo en realidad quería decir “corrector imbécil (porque me refería al corrector) que me caga (el corrector) sin “letra s” todo el tiempo. Mis dedos gordos y poco femeninos me acaban de destruir la mejor pelea en versión texto que he tenido en mucho tiempo.

Como si me hubieran enterrado la daga a mí, caigo al piso con el celular en la mano. Y antes de revisar cualquier respuesta, pongo música y descanso de esta violenta maratón, mirando la repisa con la foto de nosotros dos. Suena nuestra canción. La pieza se inunda de él.
Yo supongo que alguien está encargándose que todos estos chats estén pasando diariamente a una base de datos, porque los vamos a usar para algo más importante ¿verdad? ¿Porque no vamos a dejar que sólo arruinen mi relación y otras más? Digo ¿cómo los hacemos trascender? En este espacio he articulado cosas que ni en una prueba de la universidad he podido explicar tan bien. Si es HERMENEÚTICA pura, usamos palabras, las examino, las examinamos. Cada uno interpreta y actúa el texto una vez que te llega. Si cada uno lo re-interpreta con su respuesta y nos creemos un personaje y da lo mismo, si nadie te mira, da lo mismo. Imagínate los beneficios de pelear vía cualquier tipo de chat desde tu pieza o tu lugar cómodo: no tienes que pagar la junta para discutir en un bar, no tienes que mamarte mirar a la compañera de casa luego de la discusión o tener que discutir bajito porque son las 5 am, todo esto es un trabajo magistral y que está perdiendo alas para que pueda echar un largo y gran vuelo.

Es que en la era donde todos queremos ser famosos, qué cresta hacemos bloqueándonos y mandando los textos a la TRASH vía DELETE. Tu vida privada tipiada en formato chat puede llevarte a la fama. Entonces yo sólo te digo: respalda -con toda esa rabia, pena, alegría, calentura- ese chat en tu puto mail, que de verdad en un tiempo más serán como las cartas y lograremos ser famosos porque ya no importarán tus fotos, tus seguidores, ni tus auspiciadores. Es lo que escribiste lo que importa, al fin lo que está dentro de tu cerebro y no fuera de él y será tu estilo y además con las respuestas del otro.
Estamos perdiendo el cobre del próximo siglo, se lo estamos vendiendo a otros, qué nerds (?).

Y yo que pensaba en mis futuros nietos en muchos años más. Imagino en ese futuro que ellos abrirán desde sus frentes un archivo .zip y que en un parpadeo descomprimirán mis chats y verán cómo escribía la abuela en esos tiempos. Pienso que para esa edad me sentiré avergonzada, porque imagino será tan anticuado todo para mis nietos que pensarán que era un chiste y no comprenderán tal nivel de humanidad, emoción e intensidad que la abuela había desprendido en esos chats llenos de emoción, pena, rabia y calentura.

Pero bueno, dada la torpeza de mis manos y por no ser femenina y no dejarme las uñas largas mis dedos estropearon con puntuaciones erradas los momentos cruciales para si quiera, equiparar la batalla. Me alivia un poco porque deshice de mi imaginación a esos nietos que me humillarían y es que… Alto…

ACABO DE QUEDAR SOLTERA (?)

La canción de nosotros se repite y se repite, una y otra vez y en este minuto estoy odiando la voz del cantante que inunda románticamente mi habitación. Me atoro, toso, es que estoy impedida. Me quedo atónita cual monito con carita de ojos abiertos atónitos, tipo “no escucho nada, porque no entiendo nada”. Qué clase de juego es este. Yo sólo quería ver qué estado había escrito este ser humano en su muro en este entre tiempo de nuestra pelea, y así poder dilucidar cómo seguiría. Cómo luego de dos minutos post cagazo vía chat telefónico me haces descubrir de manera tan indigna, fría y sucia… Este huevón, qué hizo… Alto, para.

¿De verdad me bloqueaste, me pateaste y me eliminaste vía escritura directa e indirecta de cualquier tipo de RR.SS? Porque mis dedos torpes y veloces hacen un barrido por todas las redes sociales en las que teníamos conexión y mis ojos me informan que yo prácticamente he abandonado tu mundo virtual.
¿Y Facebook lo supo antes que yo? Por qué este ser decide confiar en un programa de redes sociales antes que en mí. Por qué me lo tiene que decir una de las RR.SS causantes de tantas peleas. Deseo tener a Mark Zuckeberg frente a mí para estrangularlo y amenazarlo por no poner políticas sobre término de relaciones vía RR.SS. Estoy en shock. Quiero vomitar tras esta anagnórisis y no hay “emoticón” existente que ejemplifique mi estado.

Me calmo, corto esa puta canción en modo repeat y vuelvo. Lentamente vuelvo a tomar el aire, pienso que esto es una broma, si igual somos del 87 para abajo, sabemos que estos medios no construyen una relación, nunca lo han hecho, sí, si nos calentábamos a veces por acá, pero no es el grueso de nuestra relación.

Llamo a mi típica amiga, esa que está atenta al celular 24/7 porque son como una farmacia para estos momentos. Le resumo. Espero. Sí, amiga, te bloqueó porque yo lo puedo ver. Silencio. Quiero volver a vomitar.
¿Me borraste sólo a mí y a mis amigas no? Pero qué pretende. No sé cómo debo asumir la inminente muerte virtual de mi persona para mi -hasta hace dos minutos- pareja.
¿Es que yo debiese entonces realizar físicamente lo que estaban realizando virtualmente conmigo?

Algo no proceso, algo no calza. Viajo por el tiempo, no me siento de la época.

Algo no procesa mi cuerpo.

No hay salidas rápidas de la casa para llorar. No hay lanzamiento de la caja con “cosas de él/ella” por la ventana. No hay un “démonos un tiempo y veámonos mañana”. No hay abrazo de despedida y una mirada larga y triste al cruzar el umbral de la puerta. No hay un “y si quizás tiramos y todo se arregla?”. No. Ahora debo tomar mi arma y comprender que eliminar a alguien de facebook y que bloquearla de ahí y de todos los chats que existen en la RR.SS es un hecho legal.
Yo debiese desaparecer, pero yo la real porque a la virtual ya la mataron. Y como aún no existe mi propuesta de clases sobre RR.SS no me manejo en las cláusulas eliminatorias. Debería revisar el FAQ, de seguro alguien ya lo preguntó y yo para variar llegué tarde.

Sé que mi condición de bloqueada no me otorga ningún poder, sé que por ahí algún día él revisará en su inbox, la bandeja de los despachados y verá las últimas palabras que le escribiré. Porque yo siempre al último y bien tarde, tengo algo que decir.
En lugar de esbozar una “cara de emoticón triste”, tomo el celular -arma que me aniquiló- y escribo… y borro y escribo, y escribo y borro y escribo y borro.

Pienso. Decido.

Subo todos los chats a una nube. Asunto: “chat imbécil me cagaste”. Envío. CC. al mail. Eliminar chat. Eliminar contacto. Minuto de silencio. Varios minutos de silencio. Más de varios minutos en silencio.

Bandeja de despachados, no te envío nada.

Siento que descanso. Una etapa se cerró. Qué mierda, no. Debería llamarlo, como en las películas no tan antiguas, debería decirle vía voz mis últimas palabras y que me escuche y note que tengo la garganta apretada… Borré su número. Nerd! Nunca me lo aprendí. Fuck! Debería llamar a mi abuela, es el único número que me sé de memoria.
El celular vuela por los aires. Luego de dos horas tendida en el suelo, me subo a la cama. Merezco una muerte virtual digna y cómoda. El celular parece que se apagó, parece que murió también, mi fuerza le dio al vidrio de la foto de nosotros dos en mi repisa… habemus tres mortums en mi re-cámara.

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