EL ESPEJO DE NARCISO

Hacer el bien
No te hace bien,
Solo te hace
Ser bueno.
No esperes premio
Por los gestos ofrendados.
No son devueltos
Los regalos
Del ser emanados.
Son extractos de dones,
Para transmutar
Los ajenos dolores.
Que no embellecen
El reflejo de narciso,
Ni llenan de dádivas
Tus piadosos regazos.
Pretender remuneración
Por una buena acción
Es tan solo
Otra mascara del egoísmo.
Lo bueno de ser bueno
Es guardar un paraíso
En los latidos
Estar ligero
En eje
Sin remordimientos.
Aunque la suerte
Teje escarmientos
Para los altruistas
Sin disfraces.
Otro héroe inadvertido
Cubierto de cicatrices,
Sabe que el galardón
De ser bondadoso
Es estar en paz
Con uno mismo.
Por mas que de la faz
De la tierra te quieran
Desterrar
Quienes rescataste.
Son buenos en ser malos
Y cargan resentimientos,
Su espejo pantanoso
Es traicionero
Y su corazón
Un pozo séptico desolado.
Paranoides mirando los rincones
Temiendo un ataque
A cada lado
Cuando el malvado
Está tan cerca
Justo adentro
En su rostro.
Y de su cuerpo
Una caja sin apertura
Una cárcel sin llave,
No pueden fugarse.
Y pesan grávidos
Desequilibrados,
Créeme que no necesitan
Un terremoto
Su interior ya es
Un alboroto.
Otro espejo roto de Narciso.
Ser benévolo
Es una cofradía sufrida.
Para los frívolos
Una quimera desconocida.

JULIETA IALLORENZI

PATENTADO EN SADAIC Y DNDA

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