no he venido a otra cosa
que a escabullirme
en el rebaño
de las emociones
a encontrar fragmentos vulnerables
flancos que denoten abandono
intentos absurdos de fabricar
acordes mudos
he venido a escudriñar
la argamasa de las amistades
los posibles amores puros
rotos sufrientes extraviados
he venido a sostener
un planisferio hecho de palabras
con sus límites y sus contornos
a conocer sus nombres propios
e incluso si es necesario
podré sostener el silencio
la ausencia hasta el exilio
o el destierro si lo deciden otros
lo que no sostendré es el atajo de mentir
porque antes de ahora lo he transitado
resultando más ligero cargar sobre la espalda
el completo peso del entero globo terráqueo
entonces puedo decir
que he venido a sostener la mirada
a solicitar ayuda con los rudimentos de la cordura
con las llaves de la habitación de las limitaciones
no he venido más que a perseguir
un talismán o antídoto contra el letargo la apatía
a preparar la hendija para la fuga cotidiana
hacia la textura algodonosa de la felicidad
no he venido más que a conocer
el agua del mar de los centones
que visita el archipiélago que somos
extrayendo de cada isla sus dones
no he venido más que a esconder
la tristeza que marchita del ánimo las flores
a negar las lágrimas derramadas por Carmen
a ocultar algunas corazonadas y otras intuiciones
no he venido más que a encontrarme
frente a la perplejidad que me propina
quien persigue perfeccionar lo perfecto
o inundaciones con lluvias del agua de la ciencia
no he venido más que a confesar mi asombro
ante el privilegiado talento de la deidad
quien nos convida abiertamente con su mar
aunque también así nos convide con sus monstruos
no he venido a enamorarme
el potro del tiempo ya ha estirado esos años
mi cenit ha empeñado esas horas en otros ojos
que no vendrán a ver a que he venido
no he venido sino porque tengo
una palpable necesidad de decir
de escuchar de compartir la existencia
con lo cómoda o esquiva que pueda presentarse
he venido porque lo he sentido indispensable
porque creo posible alumbrar
dos o tres milagros
o al menos un conjunto de envases, vacíos
he venido a arrojar a forjar un verbo
que con la existencia la insistencia
la persistencia la vida he acuñado
es así que finalmente he logrado perxistir
no he venido más que a traer unos trozos
de carne para ablandar a la jauría
para que la pastora de las emociones
pierda el control se muestre se desbande
no he venido a escandalizarme
por la lujuria o la muerte de los otros
ha venido a ser parte a brindarme pedir
a aplaudir la belleza del amor y del ingenio
a encontrar y descubrir
los diversos modos de concebir
el sentido de aquello que nos iguala,
la humanidad.
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