Sentado bajo el negro
con su sola luz de fondo.
Cerca se oye el ruido sordo
de un televisor callado.
Es de noche, y por el día,
después de dormir, bebí,
para llenar algo en mí.
Inmenso agujero negro.
Ahora ya, después de ahoras,
cuando la voz suena a solas
es cuando se percata
sobre todo lo ignorado.
He pensado en el pasado.
No tan pasado si ataca
a la mente en altas horas.
Creo casi poder tocarlo.
Pero solo es un reflejo.
La cabeza es un espejo.
La memoria luz de estrellas
que brilla lo una vez muerto.
He escuchado una canción,
y he pensado en esa chica.
Quizás no fue en ese orden.
Como fuese, la pensé.
En el pasillo del barco.
En un patio.
Otro pasillo.
En sus ojos.
En su brillo.
En el vacío que aún no acogí.
En su huida.
En su sueño.
El autobús.
La película.
Las calles.
El banco.
El filtro que no tenía.
La pregunta.
El error.
Mis errores.
El horror.
El odio.
Mi lamento.
La apatía.
Su silencio.
Tantas cosas que viví
con ella,
no en ella.
Tanto cosas que como hoy
solo son un vacío.
Inmenso.
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