No voy a invadirte ni a intentar cortar tus alas, pero sí es posible que trate de acoplarme a tu vuelo para no perderte en algún cielo lejano.

No voy a dejarme vencer por la tentación de llenar todos tus huecos, pero sí puede que ocurra que me empeñe en conocerlos para poder comprenderte mejor.

Prometo solemnemente no filtrarme en tus sueños mas ocultos, pero no podría jurarte no caer en un descuido y querer formar parte de ellos.

Quiero saber cuales son los sonidos de tu alma, pero también sabré respetar sus silencios.

No compongas el personaje de quien quiero que seas, porque en realidad te necesito tal cual sos, sin caretas ni maquillajes, sin discursos ni gestos aprendidos y oportunos.

Enséñame el ritmo de tus pasos, para que pueda acompañarte, pero no me permitas caminar por vos… como tampoco yo me permitiré seguirte. Quiero ser tu par, no tu guía ni tu esclava.

Dejame reconocer los matices de tus estados de animo, darme cuenta del por que de tus risas y la razón de tus lagrimas.

Dame la oportunidad de mostrarte mis cielos y mis infiernos, de descubrir ante tu mirada mis miedos y mis certezas, de descorrer ante tu deseo el grueso velo de mis ansias.

Regalémonos el placer de tomarnos de las manos y reconocernos en el contacto de la piel esperada, en el cruce de las miradas que una vez mas nos demuestran que ni el tiempo ni las ausencias tienen olvido.

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