La peculiar historia de la ladilla de Manuel. Me la comentaron unas abuelas que eran hermanas del sujeto, una pesadilla dentro de la literatura.

Cierta mañana es castigado Manuel por no hacer los quehaceres del hogar, se comía todo lo que había en la nevera y era motivo de coñizas por parte la madre.

La sabandija era le encantaba estudiar, era excelente, incluso lo devolvian a casa cuando padecía de rubeola, sarampión o lechina, el carajito no era de hacer caso.

Déjame ir mamá,

¿Como vas a salir así loco el coño?

Bueno andando. Ya que en los hospitales o salvan a los ricos parasitos o a los afortunados. Estoy aquí para guerrear.

A Manuel de siete añitos le enseñaron que siempre debe ayudar a los demás.

Entonces vio a un mendigo y les dio sus zapatos del año antespasado.

Muchacho marico para que regalaste tus zapatos. Le dicen las hermanas. Ayudar es animar no dar.

A pues no viste la peli de Mel Gibson de la pasión cristiana.

Cállate muchacho pendejo. Deja de regalar las mierdas.

Manuel no malgastes el agua. No es carnaval.

No has escuchado a Celia Cruz. La vida es un Carnaval. Recibe un cogotazo el jodedor sin remedio.

Manuel, Manuel, Manuel, por todo se le regaña.

El carajo advierte a todos que le van a empavar el nombre.

Sale de la casa sin permiso a jugar baloncesto.

Mamá dicen las mujeres latigos, el abusador ese no esta en la casa.

Tres cogotazos seguros recibe Manuel al volver a casa a tomar agua.

En sus horas libres vive de freestyle en freestyle, o escribiendo huevonadas.

Le dice la madre: Sé como tus hermanas que hacen los quehaceres y traen dinero para la casa.

En el barrio de donde proviene Manuel, la musica es a todo pulmón y las puñaladas empiezan cuando algun individuo se le ocurre colocar musica llanera. Lo extraño es que si hay champeta, reggaeton o vallenato tods entran en trance.

Esos cabrones viven en pura violencia, piensa Manuel.

De vaina lo dejan asomarse a la ventana de su hogar.

Un día Manuel sale a comprar arroz en la bodega, y un tiroteo lo sorprende con un disparo en el estomago, el Manuel en vez de lanzarse al suelo y retorcerse como un gusano, se levanta, va hasta su casa y les avienta el arroz y se desploma lentamente como quien rozando con la pared, espera sentar su trasero en un banco.

Agitado le dice a la madre. No te preocupes por mí, Te amo. Aunque nunca fueras capas de decírmelo. Hermanas dejad de llorar por mi, que mi reino no es de este mundo.

Las mujeres soltaron su latigo y se convirtieron en magdalenas, tal suspiro de esclavo les obligaba arrodillarse por su idiota hermano.

Manuel, coñodelamadre. Mientras con lagrimas una llamaba la ambulancia, la otra, tomaba su mano, con fuerza, para no soltarlo. Ya era caso perdido.

El resistente de Manuel se mantuvo vivo 10 minutos, hablando paja para no dormirse.

La ambulancia dijo: Para allá no nos metemos.

Todos los vecinos que en tiempos hermosos, le daban la basura a Manuel para que las arrojara al container, cerraron este día puertas y ventanas. Manuel lloraba por haber perdido su precioso tiempo.

Mientras decía, aquí las cosas no terminan, y dejen de llorar a los caballeros.

Cerrando sus parpados, la agotada respiración finalizo después de perder su consciencia.

Un año después nace un niño de una de las hermanas preñadas.

Pasan seis años mas.

Y este carrizito repite las mismas mañas que el tío Manuel.

Y estresa a las hermanas y a la abuela.

Pepé el nuevo familiar. Tiene el mismo carácter sarcástico del difunto.

Pepé levanta la voz y dice:

Yo se los dije que volvería, que ese día lloronas nada terminaba.

Las tres atonitas, abrieron la boca y expulsando sus demonios dijeron:

Coño de la madre es el Manuel.

Y para colmo la misma historia se repitio, respecto al trato de ellas con este. El amor es solo real para los finales tristes. Mientras en su caminar Pepé las mujeres no sabian como librarse de esa pesadilla. Y yo que pensaba que lo abrazarian fuertemente.

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