Mis ojos añoran verte

Mis ojos añoran verte

Tan solo Jade

26/07/2019

Mi cuerpo anhela estar cerca de ti.

Mi alma te extraña, o mejor dicho, extraña lo que algún día vio en ti…

Estoy tan ansiosa con lo que pasará el día en que te vuelva a ver. La gente alrededor lo llamaría obsesión, pero yo sé que no lo es. No puedo acompañar a mis pensamientos; esos que no me dejan dormir ni en broma. Lo intento, juro que intento distraerme de todos aquellos pensamientos y evitar ciertos sentimientos, pero es como un desafío de matemáticas tremendo, de esos que tan sólo Pitágoras sería capaz de descifrarlos.

Como he dicho una vez, las nubes se posan en mis ojos como dos mariposas enamoradas y les juro que aquello que veo es tan solo su rostro, ese hermoso rostro de ángel o demonio… No puedo evitarlo, jamás había sentido esto antes y quizá suene loco pero, pienso que él leerá esto, aunque muy profundo sé que no es así, sé que lo leerá gente extraña que ni siquiera conozco, a las cuales les encante de por sí mis escritos, aunque… yo tan sólo anhelo que algún día lo lea. No será en vano esto que escribo, para él o para los que están enamorados.

El universo conspira a través de mis huesos. Mis ojos lloran con cada pensar que tengo. Mi alma sonríe forzada, pero lo importante es que sonríe. Las canciones de viejas épocas me recuerdan a ti, y eso que me falta demasiado por conocer. Quizá tu alma sea vieja como la mía, quizá fuimos grandes amores en una de aquellas vidas pasadas; tan sólo son pensamientos de una adolescente, si quieres quedar loco como yo, entonces hazme caso.

Qué bonito es soñar despierta, qué bonito que es, porque así no se te borran de la mente como los sueños normales. Es agradable mirar por la ventana de cualquier móvil, (aunque no seas tú el chófer) y pensar en ese momento. Porque se repite mil veces en mi mente tal y como un disco rayado, o como una película que nos encanta y la ponemos miles de veces, aunque nos haga llorar.

Y es que ahora sólo me queda pensar en cuándo te volveré a ver. No quiero ser apresurada, pero tan sólo quiero volver a ver tu sonrisa y por fin saber tu nombre. Porque ahora sólo puedo llamarte por tu oficio, o inventarte un nombre diciendo mi típica frase –tiene cara de… –.

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