Rayito de sol con mirada de noche oscura

Rayito de sol con mirada de noche oscura

Treserres

23/07/2019

Noviembre… frío y gris. Miro por mi ventana y solo veo soledad. Afuera los niños corren, saltan, juegan, ríen y hasta lloran; pero una sonrisa no me pueden sacar. Mis ojos son dos lagunas que nunca el sol podrá secar. Mi caminar es lento y pausado, como si llevara 100 años caminando. Mis manos son frías y secas, nada pueden sostener. El ruido no me afecta; mis oídos son dos caracoles a orillas de un mar. Mi cuerpo está marcado por pequeñas cicatrices que ya no se pueden borrar. No sé si alma tengo, pero, solo puedo afirmar que mi espíritu no es de admirar. El sol se ha ido y no sé si volverá; la luna tampoco está. Solo puedo ver a mi alrededor, sombras del pasado. No recuerdo cuando fue la última vez que al espejo me miré. Solo sé que si lo vuelvo a hacer, ya no me veré igual.

Todos murmuran cuando me ven pasar, algunos quieren con mi andar tropezar, mas no me interesa quién llega y se va. Lo que quise ya no está, lo que mi corazón conoció de su rastro solo hay, una cruel realidad.

Puedo ver parpadeante la llama eufórica de lo que fue el fruto de una pasión desenfrenada. Miro las figuras dibujadas en la blanca pared de mi habitación, en donde solo registra las huellas de un mal trazo con color.

Mucho fue lo que jugué a ser mamá, mucho fue lo que soñé con mecer una cuna sin parar. Mucho de mucho fue todo y ahora nada de nada lo es todo. Pierdo mi tiempo en buscar lo que polvo es ya. Paso mis días imaginando que un ángel a mi vendrá y me dirá mamá.

«Dulce», fue tu nombre y «amargo» es mi despertar. Pues en cada amanecer, solo la soledad puedo hallar. Arrugado es mi corazón y blancos son mis labios. Una voz suave murmura que muy pronto tú vendrás y juntas volveremos a estar. Más tú foto en el papel me dice que ya pare de esperar y siga mi caminar. Rayito de sol con mirada de noche oscura, hoy te miro en el altar y no lo puedo soportar.

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