Dama de la noche.

Regreso cada noche a este pequeño lago en medio del bosque para buscar una alucinación, o así la llaman, yo creo que es real, si no lo fuera, cómo habría sentido sus manos acariciando mi rostro, sus labios besándome, o su cuerpo aferrado al mío, ilusión o no, seguiré regresando a este lugar.

Era de noche, cuando caminaba de regreso a casa, había ido a una fiesta con mis amigos, estaba ebrio y apenas podía caminar. Las calles estaban solitarias, no sabía en qué lugar me encontraba, me senté en el pasto junta a la carretera a la orilla del bosque, y me quede dormido. Escuché un sonido, era como si alguien hubiese saltado al agua. Me levanté del suelo y caminé hacia algunos metros dónde provenía el sonido. Una débil luz me golpeo en los ojos, era la luz de la luna que se reflejaba en el agua; seguí avanzando, me tambalee un poco, pero logré mantenerme en pie.

Mire hacia el lago, había algo en él, parecía una persona que estaba nadando, esa persona me miro y salió del agua, era una mujer, tenía el cabello largo y oscuro, sus ojos verdes brillaban como esmeralda, y un rostro bellísimo, un cuerpo bien dotado había emergido completamente desnudo del lago, era como una ninfa del bosque, como las que se describen en las historias de la mitología; se acercó y me miró fijamente, sonrió y yo no pude evitar sonreírle.

Se acercó cada vez más, puso su frente contra la mía, mi corazón se aceleró cada vez más, luego puso sus labios contra los míos y me abrazo con fuerza, aún no comprendía lo que estaba pasando, pero en un instante, dejo de importarme, la abrase con ambos brazos, no separe mis labios de los suyos, nos tendimos en el piso, y ella comenzó a acariciar mi pecho. Aún estaba ebrio y comencé a perder el conocimiento.

Desperté en mi casa al día siguiente, la cabeza me daba vueltas, por la puerta entro uno de mis amigos, con el cual la noche anterior haba ido a un bar, le pregunte qué había pasado, él me dijo, que la policía me había encontrado desnudo a la orilla de un lago; él se rio de mí, y me dijo que no volviera a beber tanto ni tampoco, en ese estado, me quedara solo.

Tomo una silla, y se sentó al lado de mi cama, me pidió que le contara lo que había pasado, en un principio no quise decirle nada, pero fue tanta su insistencia que tuve que contarle todo, le dije que había visto a una chica en el lago y todo lo demás, él se rio de nuevo, yo me moleste y le dije que se fuera, él se marchó y me dejo solo. Yo me quede acostado un par de horas, luego me cambie de ropa y salí de casa.

Al poco tiempo llegué al lago, en pleno día, todo se veía muy distinto, y luego camine por la ciudad, preguntando si conocían a la chica. La describí según lo que recordaba, pero nadie sabía quién era, mire a varias mujeres en la calle y ninguna se le parecía. Creo que es verdad, solo fue un sueño.

Esa misma noche regrese al lago, y me quede sentado a la orilla, esperé por varias horas, pero nadie llegaba. Regrese la noche siguiente, y la noche después de esa, pero nunca aparecía, me negaba a aceptar que fue solo un fantasía, una que me robo algo más que el corazón.

Ya ha pasado un mes y sigo sin encontrar mi billetera, me siento aburrido, tomo algo de dinero y salgo de casa, llego a un bar y pido una botella, el mesero sonríe al verme, pero aparta la mirada, me quedo confundido por un instante, me llevan una botella y un vaso, comienzo a beber, siento varias miradas fijas en mí, miro hacia atrás, y al notar que estoy mirando en esa dirección, las personas de las mesas de atrás apartan la mirada.

La cantidad de botellas en mi mesa va en aumento, el mesero se acerca a mí, me dice que ya es suficiente, y que no debería beber más, así que saque todo el dinero que llevaba en el bolsillo, pague la cuenta y me retire llevándome una botella vacía sin que se dieran cuenta.

Camino por las mismas calles que aquella noche, entro en el bosque, y llego al lago, me paro a la orilla, justo en frente del reflejo de la luna y grito – ¡Hermosa aparición, ven a mí de nuevo! ¡Oh, linda ilusión, ven dame tu amor!

Mire hacia atrás, y ahí se encontraba ella, iluminada por la luz de la luna, se acercó lentamente, y cuando estuvo cerca, la golpee con la botella, era real, y la había dejado inconsciente, me agacho para estar más cerca de ella y le digo – Regrésame mi billetera.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS