Blancas mesas y paredes invitan la libertad
A sentarse con nosotros y compartir una charla
Con la ciencia, arte y misterios de la deidad
Fingiendo no percibir la tensión o por defecto ignorarla
Esclava de tus dientes que esbozan una sonrisa
Y ojos negros risueños que giran con picardía
Al sentir la vibración en tu sur por la premisa
De ver constelaciones junto a la sonrisa mía
Cuerpos alertas, mentes despiertas
Brillantes y quietas luces amarillas
Estar tan agusto me desconcierta
Es que ya habíamos plantado las semillas
Tan vano es el encuentro como ambición antropogénica
Y tanto impone como recuerdos de otras vidas
Esta, la nuestra y otra quizá eocénica
Qué ya hemos estado aquí, de ello estoy convencida
Tal vez en otros tiempos antiguos, ancestrales
Quizás en un recuerdo etéreo del futuro
Hace que pierdan importancia los detalles banales
Y parece claro lo que tiene origen oscuro
No sé si es tu intención un artificio
O realmente esperas mi compañía
Ni por qué corrompes mi buen juicio
Con tan voraz desprendida osadía
Eres entelequia para mí imaginación
O entelequia eres según tu filosofía
Desimaginarte quiero y oírte como canción
Y verte por quién eres sin las ideas mías
Quedaré con la duda de conocer tu camino
O como sería la magia al con el mío fusionarle
Pero prefiero despedirme y se haga cargo el destino
Y no me permita nunca en excesos contemplarle
El tiempo nos diluye
En un encuentro astral
Y la despedida fluye
Como inefable ritual
Palma tibia sobre el cuello y la nuca,
Esparcidos dedos en garra sobre el occipital,
Palma tibia sobre el borde de la cintura
Y un brazo que empuja a su centro la espalda lumbar
Escena cálida bajo un sol ardiente
De esos que te evaporan la piel
Y timidez, como perfecto ingrediente
Para un momento puro de canela y miel
En el trayecto de la luz, nosotros y el tiempo
Breve pero intenso, denso, y magestuoso
Clave magna para descifrar un momento
Y te dejo marchar, con el cuerpo tembloroso
Julio 2019
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