Sumerjo mis manos en tu océano y esperando a que las olas de tu marejada
cubran el camino de mi cuerpo.

Siento la arena de tus entrañas cobijar mi desnudes.
cubriéndome una a una las lagrimas que conforman mi salinidad.

Sumerjo mi semblante en tus profundidades de claroscuros
y me mezclo con tu compuesto de sal y agua que me cubre, reconfortando me.

Me sumerjo en ti, amor hasta embrutecerme de tu figura y sombra,
que se pasean como droga de mi pena: Consuelo por mis venas abiertas y dolientes.

Sumerjo mi mente en tu complejidad racional,
hasta que en la elevada colina de tu monte de venus,
mi pensar se mezcla con esta sensación de estrellas fugaces,
y me llevas de la mano con tu sombrero mágico,
hasta el mundo de los placeres mas profundos.

Sumerjo mi alma en tus deseos y cubro mis éxtasis con tus narcisos en flor,
hasta galopar con tu perfume; ser de este arrojado corazón,
que se pinta de colores a las danzas de un van Gogh desconocido, hasta por su mismo autor.

Cubre me amor, con tu trigonométrica morfología, con tu esencia de cantos de sirenas, con tu pretención de amor, sin deseos amatorios, con esa secuencia que me desvorda, y me envuelve en tu eterno filasofar sobre tu sexo expuesto en mis entrañas y cobijado por tu ser en brama que se desvorda de pasión, eterna sensualidad de esta estetica racional y apreciada por mis más profundos sentidos.

Y así ¡Ven ami amor! y cobijame dentro de ti.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS