Ausencia colectiva

De camino a ninguna parte nos perdimos,

dejándonos llevar por los silencios continuados.

Silencios que nos gritaban, suplicaban.

Silencios que lloraban.

Y bajo esa lluvia, comprendimos que caminábamos

en

círculos.

.

Y despertamos.

.

Miramos a nuestro alrededor en busca de señales conocidas

que nos ayudaran a ubicarnos,

y no vimos más que vacío

junto a infinitas personas sin rostro.

Seres inertes, ausentes —perdidos— como (lo estábamos) nosotros.

Y nos perdimos —de nuevo— con ellos,

en círculos

caminando.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS