Lo nocivo de pensar-se en colectivo II.

Lo nocivo de pensar-se en colectivo II.

Fuera del closet

03/07/2019


¿Cómo describir el suplicio del alma?

Se atesora en el musculo mal llamado corazón, aquel que representa el amorío de todos aquellos dolientes que despiertan con ganas de que alguien les bese el esfuerzo de querer ser…

Quizás sea equivoco decir que ese dolor del alma es imperecedero, en realidad en algún momento de nuestras vidas es él el que nos perpetua a quedarnos a un costado casi paralelo de la vida, es el que te obliga a callarte de una maldita vez, para empezar a escuchar todo eso que silenciaste alguna día

No encuentro explicación a esa necedad de querer que el sufrimiento suene lindo, como una especie de belleza suspicaz que me permito en este hundimiento, tampoco sé si quiero un argumento, porque probablemente mi inquietud lo invalide en dos segundos

Día a día nos encuentro jugando con la fantasía que por suerte, todavía, nos deja entrar en esta especie de espacio lúdico.

Porque eso es la fantasía, el juego lúdico de los grandes, que poco a poco forman la creencia de que niños no son, y ese niño sale a la luz, como en una especie de tobogán andaluz que es tan invisible, como las ganas de morir volcadas en un trabajo semanal de 12 horas.

Seres moldeados, perpetuando continuamente la pulsión de deseo porque no, no queremos que se note la comisura de la sonrisa falseada

La romantizacion de la sobre exigencia de ese -crecimiento persona- es tan anticuado como tu padre de 60 años destruyendo tu futuro.

Aun así, seguimos optando por ella, porque la deconstrucción de esos mandatos emocionales es más difíciles de desatar que aquellos que se connotan en lo socialmente imbécil de las personas.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS