Regeneración celular.

Regeneración celular.

Reinhardt Magnus

28/06/2019

Donan Willis, una fuerza en el alma de la medicina, joven de treinta años, delgado y atlético, de perfil griego, simpático silencioso, alto, de cara alagarda y corte militar; notable atuendo es su bata de laboratorio, zapatos converse, jean y camisa blanca de algodón. Sujeto de gran atractivo, su especialidad es la cirugía.

Tantos son los pacientes que ha salvado, y en ninguno ha cometido error, en sus proyectos, es una eminencia. Relegando del modo de vida, jamas podría advertirle a sus compañeros que no tiene casa, y su hospedaje es un hotel de mala muerte, con una casera que abusa con los precios del lugar, Donan labora en hospitales públicos y privados, viaja en metro, y es de gustos muy simples. El drama de su vida, es la muerte de su mujer a causa del cáncer razón por la que decide formarse, y no hay día de descanso, cinco años de enclaustramiento, estudiando todo sobre medicina que llegase a sus manos. Su sueño en honor a su chica es una maquina capaz de curar cualquier tejido.

Todas las noches en su dormitorio tipo estudio, chispas, luces encienden y apagan, un olor de acero y aluminio quemado impregna toda la vecindad, los vecinos se quejan ante el condominio del extraño demonio que irrumpe en su tranquilidad. Soldadura tras soldadura, varas tubulares resuenan en la zona. Altas corrientes precisan un zumbido catastrófico. La gente cansada contra esta copia barata del doctor Frankeistein solo necesitaba las antorchas y quemarlo vivo. Ni modo, era un perturbador sin oficio según las Doñas. Aunque nadie se quejaba de los matines o de los champetazos en la esquina. Donan se reía de este acontecer, no hay quejas si todos están en la fiesta. Y abre la puerta de su residencia.

Aparece la jefa comunal de aquella vecindad.
Mira idiota todas las noches haces un bullicio espeluznante, o dejas tu locura o te mandaremos a desalojar con las autoridades.

Donan: Ustedes también que no me invitan a los matinés. Así yo no les hago ruido.

El Vecino Tomás, malandro viejo de la zona dice: Maldito becerro vas a llevar plomo, pa que respetes, te voy a quebrar donde te vea.

Donan: Mejor me calló, no vale la pena morir en las manos de un troglodita. Pensaba el joven científico.

Las mujeres del matiné: Tomás, vámonos papí. Con esto los embriagados dionisíacos volvían a sus bacanales.

Donan continuaba con sus investigaciones, ecuaciones de diferentes tamaños llenaban toda la pared de su cuarto forrada por pizarrones adhesivos para tiza. Mientras a carcajadas por sus resoluciones no podía entenderse con las champetas africanas y los vallenatos corta venas en el ambiente. Una especie de contaminación sónica irrumpía en el lugar. Willis: el ritmo es absorbente. Soltando un swing tipo alguna madurada.

Imaginaba en las noches mas tristes a su princesa escandinava, una dulce mujer con una sonrisa prominente y de labios rojos cautivadores, a la que extrañaba. Ni si quiera los brebajes del árbol de noni, funcionaron contra esta terrible enfermedad.

Todos los libros de bioquímica, genética humana, química, biología y química orgánica estaban abiertos ante cualquier circunstancia que se le presentara, una duda, como plantear una formula, eso era desde el viernes en la noche hasta el domingo, así el día lunes a volver a trabajar, especialmente con mayor atención a los niños de la sala oncológica de pediatría.

Donan decía. Hipótesis evolutiva de la función vital: proceso de átomos que se estabilizan en las moléculas del cuerpo y así mantienen funcionando los órganos permitiendo el desarrollo de la vida. Hipótesis 2. Función natural: Es el trabajo o la función que realizan los seres vivos para mantener su existencia acorde a su ambiente generando un ciclo inconsciente necesario para la vida terrestre, a la que le llaman instintos. Sin dudas las preguntas empezaban a dimanar en los planteamientos que se hacía.
Planteamiento del problema de la regeneración: Cuando un cuerpo muere la función vital se pierde, las moléculas se hacen inestables y rompen sus enlaces en relación a sus átomos, liberando energía.
2 planteamiento: Al dañarse la función vital de dichas moléculas es porque el átomo se ha vuelto inestable, en su relación molecular.
Tercer planteamiento: Los enlaces forman moléculas de distintos tipos de átomos, dichas moléculas generan una función vital que forma a la célula, esta necesita energía natural para consumir y que siga generando la función vital.

¡Eureka! Si esto es cierto la regeneración celular es posible. Una pequeña manipulación genética adaptándola a las capacidades regenerativas del ajolote, la iguana y la estrella de mar, darían con la solución a nuestros problemas. En tanto, podre patentar públicamente el gel de reparación de tejidos a base de células madres, que desempeñaría la función de originar tejido nuevo a los pacientes oncológicos.

¡Oh Maravilloso! Decía el brillante científico loco, con aires de un gran orgasmo intelectual, que preñado de buenas ideas e intenciones jamas imaginaría lo que podía suceder en la vida real.

Otro de los viernes con sus champetazos por todo lo alto, y sus espectáculos grotescos estilo viña del mar. El científico empezaba a realizar la maquina. Un tubo de vidrio gigante para meter al sujeto paciente, tres computadoras con una fuente de poder única, y una capacidad de almacenaje de 30 terabytes. Todo unido a soluciones de suero intravenoso, y vitamina con ácido fólico y calcio ultrapotente (mejor que calcibón y te devuelve los dientes). En el lugar introducía perros sin cola, y les dejaba como nuevo con solo accionar un botón, ya el animal podía mover su espíritu con soltura, era un dignificado, ante su pasado sometimiento de la que fue victimas, por los caprichos de las viejas que castran a los gatos y les quitas las colas a los canes. Regeneró los testículos de los pobres gatos gordos y eunucos, regeneró a varios mendigos del metro de la ciudad, salvo a mas de uno.

Un día el Tomás: llego tiroteado y decía: no me dejes morir causa. Viendo este que era el científico, entre llantos decía: mano no me dejes morir, yo jamás quise decirte maldito becerro. Donan, lo ve con compasión, y le dice: ya te curaré becerro. Y se reía. El malandro viejo curado, volvió con las rumberas con que se las pasaba y les comentaban: Papí yo sabía que saldrías de esta, tu eres el hombre mas fuerte de esta vecindad, ni si quiera el largiducho ese de medico se compara contigo, que no se le ocurra hacer mas bulla.

Tomás: Tienen razón mamis, yo le pondré preparo al convivito.

Willis: Se dirigió a su trabajo y le comento a un compañero de su invento, ya eran muchos días que sabían del invento en la clínica publica, sin embargo este joven cirujano que era su confidente trabajaba en la privada, y como amigo de los dueños se los comento.

Jefecito Willis tiene una maquina que cura todo.

¿Qué? ¡Debemos comprarle el invento y privatizarlo o le matamos!

Mejor matemos al iluso ese es más fácil. Decía el compañero a los millonarios dueños.

Por voces, Donan se entero gracias a uno de sus contactos en el hospital y decidió apurar el paso para hacer público el invento.

Donan precisaba, que si por mala suerte caía en manos de la compañía de seguros internacional Organ spare parts for millionaires, todo estaría perdido.

Lograron con toda la gente de la vecindad, los médicos y la población de trabajadores en general, hacer marchas multitudinarias para evitar la privatización del invento. Ganaron en la corte los derechos de autor.

Donan Willis se había convertido en un medico de talla nacional e internacional tan grande como Jacinto Convit. Y en sus palabras mientras recibía un premio por la Organización Mundial de la Salud, el soñador dijo:

En honor a la vida nada se debe privatizar, menos un derecho tan fundamental como la salud, en nombre del juramento hipocrático hemos hechos lo suficiente y lo seguiremos haciendo. A sus adentros pensó en ella, la razón de su triunfo. Y culmino agregando: Son tan grandes los sentimientos, que no me ayudan las palabras para expresarlos, siempre se enredan en mí y terminan por estropearlo todo. Muchas Gracias.

Entre los aplausos de la turba y las luces del escenario, Donan se baja con la satisfacción de que el premio le dará de comer y pagar en aquel hotel de mala muerte donde se hospedaba.

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