Existieron tiempos en que nosotros los humanos, vivíamos la magia que existen en todas las cosas, nuestro mundo estaba inmerso de espíritus, por ello para cada cosa pedíamos permiso y sentíamos respeto. Al nacer y al morir un ser, lo celebrábamos, no existían deidades, teníamos la lucidez y la fantasía de que todo lo que existía poseía esencia y valor, y al dejar atrás la existencia consciente (intervalo entre el alfa y el omega de estar), la misma pasaba a tener parte en todas las consciencias, nos aferrábamos a nuestros antepasados (sagrados) para ese entonces, y como clamábamos para que nos guiaran por un camino lleno de felicidad, ese respeto hacía de las cosas permitiendo a cada individuo sentir amor. La idea del superhombre es una idea espectacular, un hombre que nos supera en bondad, aptitud e imperturbabilidad.

Cuando eres bondadoso e inepto, sientes odio hacia los demás y lo niegas en ti mismo, inclinas la balanza hacia el daño y te perturbas. El hombre del futuro al que coloco mi fe y al que toda creación que realice sea en su honor, generara la nueva sociedad, sociedad que si no logra desentrañar con calma el sentido psíquico de la vida y la muerte, jamás podrá darle sentido a su existencia. Y comenzará de nuevo al terror, el reconocimiento no importa, mas nos reconocen por tontos que por otra cosa, el mayor logro había sido existir, tener una consciencia en la cual consolarnos y regocijarnos, la misma sin manual, busca hacia el infinito mediante la observación, con mucha curiosidad la belleza de lo insólito.

¡Oh! que sentimiento sobrehumano me supera y adolece en mi espíritu, un dios quiere nacer en él y no se lo permito a menos que surja en todos, así estamos todos los días. Sentido de aprecio por el otro, solo se es visible en una consciencia de la vida y la muerte que nos supera en ternura, en la pasión de ambas condiciones, allí conozco a los individuos, presentándose con una fachada risible, que esconde sus dificultades y decepciones , luego por causa del yo o del ego nos presentan sus problemas, pero ellos esconden el néctar maravilloso de algo superior, de una bien que es compartido por el hermoso sentimiento de existir.

Aspiramos que en su debido momento el tiempo de la magia vuelva, que los seres busquen dentro de ellos la fuente de la soberbia providencia y su humildad sea no mas que ser el orgullo de los antepasados que nunca se fueron, que están allí dejando impregnada la naturaleza de sus enseñanzas, de su consciencia. Las religiones anatemas nos dividieron y con sus mitos nos cegaron, déjeme decirle, ¿Cual es el motivo de creer? La razón de porque la gente cree en esas bagatelas y fatuos dogmas repugnantes creadas por asesinos nefastos que consideran que la especie humana no debe permanecer, que solo debe salvarse una raza, aunque sea de diez individuos, en la que solo serán salvados curas, empresarios, mentes eruditas u otros hombres de poder, emigrantes hacia otro planeta, titulándose así con el derecho supremo, porque para ellos la vida no tiene valor, mas aun cuando se vive en un universo caótico y hostil, contra esa clase de egoísmo nos enfrentamos.

«PARA QUIEN NO CREE EN ESTO», Vivimos en un universo inaudito, razón que hace todo creíble, universo infinito, inmenso, sin origen ni fin, donde la energía y la materia son la misma cosa, y el universo no las desecha, donde la vida es la naturaleza hecha sujeto y es un estado intermedio entre la materia y la energía, consistiendo en un sistema abierto, retroalimentativo, en que cuando una cosa aumenta en nosotros, su opuesto interno disminuye para prevalecer en equilibrio. Inclinaos a su talento natural, les hará felices, y llegaran a viejos gracias a él, si la probabilidad se los permite; en esta vida o mejor dicho en el sueño de polífilo, recordad que la misma es un sueño, y no hacen faltas los reconocimientos, para solidarios y solitarias consciencias que se comprenden y se quieren. No apresuréis tu paso, o enmarañaras el sueño haciéndolo una pesadilla como ha sido testimonio la mía.

Pongo mi fe, en ese futuro, salva a los introvertidos, cuida de los que sufren, y dales las herramientas para surgir, pues esas mentes que en su dolor todo lo han comprendido, pueden crear con sus manos un universo. No contempláis la grandeza de esas almas tan frágiles y diminutas que con su luz intermitente he visto la creación misma. Llegará ese día en que ese superhombre vendrá a nuestros brazos, y con su ciencia nos dirá que la muerte no existe, acabando con nuestras angustias, ese día el egoísmo, ni los sistemas económicos que los promueven tendrán razón de existir, ese día el llanto será de alegría, el tiempo se detendrá, y comenzará una nueva historia, la fantasía y la realidad se harán indistinguibles, y el hombre subjetivo y objetivo podrá permanecer tranquilo en el regazo de este mundo. Escuchad tu corazón que guía tu camino donde los dioses jamas intervendrán.

Solo sé que ese día no hablaremos utopías ni distopias, no conformaremos con la verdad. El animal que todos llevan como un cerbero dormirá con la lira de Orfeo y con los manjares de miel de Hermes, podrá dormir plácidamente. Gloriosa especie humana cuando sepas tu grandeza, muy en lo profundo de tu ser, incluso individualmente reclamaras como un Buda lo que te pertenece en calma y en dignidad. Y eso nadie podrá arrebatártelo. Cuando la ciencia descubra el pléroma será el reset de las mentes, en un conocimiento de que todo esta conectado.

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