Un señor llamado tiempo

Su cabello rizado y su barba bien cuidada flamean cuando vuela.

Fue el primero de su especie,

Nació sin padres ni compadres,

Un sobreviviente en cada instante adverso

Junto a sus amigos más violentos,

Sus aliados en muchos momentos

Uno se llamaba Soledad y el otro Muerte.

Cada uno conducía un coche de lujo:

Soledad manejaba un Camaro,

El cual, su característica primordial, era una oscuridad profunda y sin retorno.

Por su parte la Muerte era piloto de un Ferrari, que a mayor velocidad, su auto se iba llenando de flores y que al sobrepasar el límite y chocar, un airbag de arreglos florales te lograba cubrir amortiguando tu final.

Pero el señor en su máquina del tiempo prefiere circular.

Disfrutando de excéntrica simplicidad, es su lugar, donde él siente que todo lo puede controlar.

Un día, aburrido ya de su trabajo monótono, decidió irse al infinito,

Quería desaparece, disfrutar y vivir sin destruir, dejando que todo pasara.

Y así, mucho tiempo de ausentarse,

Un día decidió consultarle a la Soledad la cual le respondió que su trabajo se había simplificado al momento que les presentó la tecnología, logrando hacer que todos fueran más solitarios y autistas.

Pero el señor frunció el ceño y no contento con lo que escuchó y algo de duda se dirigió donde la Muerte

La cual, con todo el trabajo que tenía le respondió:

– desde que te fuiste creé las armas, las que fueron muy letales, ya que ellos solos se asesinaban a cada instante. También les mostré cómo hacer drogas, las que ellos medicaron y otros las mantienen ilegales, pero ambas cumplen su objetivo; hacer que sobre consuman, así desaparecen llegando de a poco a mis brazos.

El Tiempo se sorprendió al ver que ya no lo necesitaban y que todo estaba siendo controlado por las manos más estúpidas….

El ser humano.