Como un espasmo.

En emoliente de frotación.

Con los ojos dilatados por el tacto de tus manos.

«En brama»

«Al calor»

«Al ardor»

De coloquios de sensualidad.

Como alquitrán en basalto.

Me dejo llevar por tu placer.

Por este ¡Quererte en frotación!

En constante jadeo.

En constante deseo.

Que no se culmina con la copula.

Pues siempre quiere más.

Más de ti.

Más de esta sed interminable y pasional.

¡Tócame como se toca lo profundo!

¡Tócame! ¡Tócame como se toca lo perpetuo!

Ese anhelo que se cobija sólo con tu cuerpo.

Con tus dedos paseándose una y otra vez por mí.

Entre mí.

Entre los velos de mí.

«Sedúceme»

«Siénteme»

«Endúlzame»

«Embriágame»

Deja que el vapor y el humo de tu candor me bañe,

me jale, me desprenda.

Me orille hacia ti, como un imán, como un magneto irresistible,

inherente, adherente de tu piel, de tu sexo que pide,

grita por el encuentro más sutil,

Más voraz.

Deja que mis carnes se mezclen con tu esencia en flor,

en carmín de poesía y plumas de tinta fuente de escrituras.

«Escríbeme»

«Descríbeme»

«Deléitate»

Deléitate en mi.

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