Kranos Ataraxia Capítulo 10 «Los Comienzos de Un Elemental»

Kranos Ataraxia Capítulo 10 «Los Comienzos de Un Elemental»

Albus

12/06/2019

Remiros encontró a Petrirox en una noche de tormenta, él se disponía a descansar después de haber terminado todas las actividades que el orfanato requería, estaba escribiendo una carta para el rey Murinus de aquel entonces, pidiendo provisiones de alimentos y otras cosas para el largo invierno que se acercaba,

Escribía una carta para el rey, era una noche con una fuerte tormenta, tenía miedo de que lo rustico del material con el cual había sido construido el orfanato colapsara, tenía muchas cosas en mente, el invierno venidero sería muy duro para los niños, era seguro que muchos de ellos se enfermarían, así que, tendría que proveer medicinas y atención médica, sabía que sería mucho trabajo para Veriali, el estrés me estaba consumiendo, quería salir afuera para poder despejarme un poco pero el clima me lo impedía, así que simplemente me puse a observar por la ventana el tétrico paisaje, para poder olvidarme de los problemas, los árboles se encorvaban por la fuerza del viento luchando por mantenerse firmes, entonces note algo muy extraño, había un árbol que pese a la fuerte tormenta no se inclinaba, solo sus ramas y hojas se movían, estaba en una posición extraña, como queriendo proteger algo, bajo ese árbol habían muchos animales, lobos, osos, ¿siervos?, aves, ardillas entre otros.

¿Qué hacían los siervos tan cerca de sus verdugos?
era muy muy extraño lo que pasaba ahí, todos los animales habían hecho un pequeño círculo alrededor de algo que no podía ver desde mi Ángulo actual, así que decidí subir al segundo piso, escuche que poco a poco la tormenta cesaba las nubes negras se despejaban, dando paso a un sol refrescante y la venida por supuesto de un arcoíris, no pude evitar despertar a los niños que dormían en el segundo piso, algunos de ellos ya se habían percatado de la peculiar escena, en lo que me dirigía a la ventana uno de ellos venía corriendo a mi gritando:-¡PAPÁ PAPÁ hay un niño ahí, en medio de todos esos animales ¡-

Me asome a la ventana y en efecto, pude divisar un niño de maso menos 3 años de edad, estaba durmiendo sobre la cascara gruesa de un árbol acomodada con hojas, la cola de uno de los lobos hacía de manta para poder protegerlo del frío.

Salí de la habitación corriendo tropecé un poco al bajar de los escalones pero no me caí, Veriali estaba en la puerta, su rostro expresaba algo de asombro miedo y felicidad, abrí la puerta, tras de mi salió ella, guarde distancia ya que los animales ya se habían percatado de mi presencia, tenía miedo de que me ataquen, ya que después de todo la mayoría eran animales salvajes y peligrosos,pero si no le hicieron nada al niño, espero que apliquen lo mismo conmigo, pensé.

Todos los animales me observaban, tenía sentimientos y emociones encontradas, solo me quede frente a ellos esperando a que algo ocurra, algo que me deje llevar al niño.

Luego de unos cuantos minutos en ese ambiente tenso, los animales retrocedieron, dejándome camino libre para que yo pudiera interactuar con el niño, me acerque lentamente hacia el niño, el seguía dormido, podía sentir el ambiente húmedo de la mañana, el olor a tierra y pasto mojado, el lobo que abrigaba al niño era hembra, cuando estaba muy cerca de la criatura ella me gruño un poco enseñándome sus colmillos, retrocedí un poco por instinto, entonces el lobo más grande que estaba ahí, el lobo alfa, se acercó a ella y también gruño mirándola, entonces ella se paró y lamió un poco de la cabeza del niño para luego alejarse, supuse que ella era la “madre” adoptiva del niño y le había agarrado mucho cariño, por eso aun quería protegerlo, y que al dejar su hijo en manos de un desconocido su reacción anterior era más que justificada, me di cuenta que el niño despertó, entonces lo cargue entre mis brazos, Veliari estaba detrás de mí y se lo entregue, ella lo tomo con mucho cuidado, luego poco a poco nos fuimos alejando, los animales se retiraron uno por uno, la última en retirarse fue la loba que nos miraba, no, que miraba al niño de una manera muy tierna, esa mirada decía muchas cosas, amor, cariño, amistad, y despedida, antes de retirarse lanzo un aullido que me toco el corazón, fue un aullido tan hermoso que sin darme cuenta estaba llorando, Veliari también estaba en la misma situación que yo, luego de ese aullido ella se retiró para perderse en el inmenso bosque,se escucharon varios aullidos y gruñidos de osos, cantar de aves y otros animales, como si de un coro se tratase.

El niño nos dijo que su nombre era Petrirox, el creció junto a los otros niños, le gustaba leer, había terminado toda la biblioteca en 3 meses, gracias a eso él podía escribir como uno de los grandes literatos de esas épocas, y cada vez que partía rumbo a la capital me pedía que le traiga un libro nuevo, no me podía negar, compraba cualquier libro que por el título me pareciese interesante, él nunca me pedía algún género en específico así que no tenía problemas en comprar cualquier libro barato.

El simplemente leía los libros y almacenaba increíblemente toda la información y la interpretaba dándome horas de platica, siempre quedaba sorprendido de lo mucho que sabía a su corta edad, a medida que el crecía en estatura también lo hacía en sabiduría, los niños del orfanato eran adoptados, muchos de sus amigos se iban, para no regresar jamás, me daba un poco de pena, él nunca era el elegido, sabia muchas cosas, pero nadie lo quería, por algún motivo extraño, pero eso no le importaba, el seguía leyendo y ayudándome con él con el cuidado de los niños menores que él.

Una noche tuve un extraño sueño, soñé que estaba en medio de un bosque, un bosque con los arboles llenos de frutos, frutos que a simple vista lucían deliciosos, fui a arrancar unos cuantos para compartirlo con los niños de mi sueño, jajaja siempre pienso en ellos más que en mí, incluso en mis sueños, pero no aguante las ganas de probar esos frutos, tome un durazno y le di una enorme mordida, oh, para ser un simple sueño, se sentía tan real, el sabor la textura todo era perfecto, lástima que solo fue un sueño. Veliari me despertó un poco asustada, me decía que Petrirox no estaba, y que su cama estaba completamente arreglada con lo que dedujo que no había pasado la noche en el orfanato, me entregó una carta, la abrí y supe de inmediato por la buena caligrafía que era la letra de Petrirox, la carta decía:
Volveré pronto, el bosque me llama.

Simple y llanamente eso.

Mire a Veliari con cara de desconcierto, salimos rumbo al bosque con la esperanza de encontrarlo, pero no fue así, no podíamos hacer nada más que esperar a su regreso.

Al cabo de un mes el regreso, lucía feliz, su rostro emanaba una serenidad inmensa, no estaba sucio, su ropa estaba completamente limpia, algo raro para alguien que se pierde un mes, Veliari y yo fuimos a recibirlo con un abrazo, luego llegaron los niños que rompieron en llanto de lo mucho que lo habían extrañado. No nos contó nada de lo que había pasado durante el tiempo que se había ido, se pasó todo el día jugando con los niños, llegada la noche él nos dijo que necesitaba hablar con los 2, después de que los niños se durmieran, Veliari, Petrirox y yo fuimos a la habitación principal.

-Padre , madre, lamento haber tenido que irme por un mes sin previo aviso, pero ustedes saben que este día llegaría, desde el momento en el que me encontraron.

-El bosque quiere que me una a él, y para eso necesito años y años de meditación, así que tengo que irme.

Veliari aguantaba el llanto, pero no podía, así que se dio una pequeña vuelta para que no la viéramos llorar, yo por mi parte también estaba triste, el tiempo pasó tan rápido, no pensé que este momento llegaría tan pronto.

-No pienso dejarlos solos, se lo mucho que ustedes hacen por mantener a estos niños, y lo mucho que hicieron por mí, les estaré eternamente agradecido, así que, el bosque me dijo que bendecirá estas tierras para que todo lo que crezca en ellas de frutos enormemente deliciosos y nutritivos, podrán comerciar con ellos y tengan por seguro que pagaran muy bien , esta es la manera en la que la madre tierra agradece todo lo que hicieron por mí, y llegado el momento ustedes y yo seremos uno unidos para siempre.

Petrirox tomo nuestras manos y nos llevó a fuera, nos dio unas cuantas semillas y nos dijo que las regáramos por todo el campo, así lo hicimos, luego nos dijo que nos alejásemos un poco, él se paró en medio de todo el campo, la luna bañaba su silueta como si de un ángel se tratase, se arrodilló puso las palmas de sus manos sobre el pasto, en ese momento salieron muchas luciérnagas, tantas que iluminaron todo el campo, se empezó a sentir un ligero temblor que se fue haciendo más fuerte, Veliari se acercó a mí con un poco de miedo, entonces varios árboles empezaron a crecer, arboles enormes, las luciérnagas las adornaban con sus luces a medida que crecían, cuando terminaron tenían el tamaño del orfanato, sus troncos eran muy gruesos, sus hojas verdes, y frutos muchos frutos, pero no solo uno, eran frutos distintos, manzanas verdes y rojas, peras, mandarinas, limones, naranjas, cerezas, estas últimas generalmente eran pequeñas, pero en este caso tenían el tamaño de mi puño.
Fue tan hermoso.

Petrirox se levantó y con un ligero golpe a uno de los árboles, varios frutos cayeron en forma de lluvia, eran bastantes, cogimos unos cuantos junto a Veliari y los probamos, fue lo más exquisito que había probado en mi vida, casi lloro de la felicidad, mire a Veliari, la expresión de su rostro lo decía todo, sentía lo mismo que yo.

-Queridos padres, gracias por cuidarme todo este tiempo, ha llegado el momento de irme, los visitare de vez en cuando, los extrañare a todos, al igual que ustedes yo también cuidare de los niños.

Ramas que salían del suelo envolvían poco a poco a Petrirox llevándolo hacia el inmenso bosque,

Adiós Hijo, te voy a extrañar, pero se que volveré a verte.

Veliari veía entre lágrimas como Petrirox se alejaba, sosteniendo entre sus manos una manzana, presionándola sobre su pecho.

Me di cuenta varios animales estaban esperándolo, la manada de lobos era reconocible a simple vista, y entre todos ellos destacaba la loba de aquella vez, ella inclino la cabeza, como diciendo gracias, gracias por cuidar a mi cachorro, gracias por cuidar el bosque.

Así fue como conocí a Petrirox.

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