El teléfono desconectado

El teléfono desconectado

Steph Saar

09/06/2019

Ella nunca me lastimó, es decir, físicamente nunca me golpeo, ni siquiera me levantó la voz.

Ella nunca fue mala conmigo, ni me hizo sentir mal a propósito. Ella solo me ignoraba. Yo no existía para ella y eso es realmente gracioso porque hasta yo dudaba de mi propia existencia.

Siempre fue distante. Para ella solo era importante su trabajo, y no la culpo, sufrió demasiado intentando salir adelante sola. Pero a veces me pregunto si todo fue culpa mía.

Las pocas veces que ella notaba mi presencia no eran cuando yo hacía algo destacable, como una buena calificación o un mal comportamiento, sucedía cuando menos lo pensaba.

A veces quiero entenderla, a veces solo quiero saber qué fue lo hice mal.

Como ya dije, nunca me lastimó, pero sus palabras dolían más que recibir golpes, ardían más que quemaduras. Y si me preguntan porque nunca dije nada al respecto, pues es obvio, a ella no le importaba. A nadie le importaba.

-No eres lo suficientemente buena para eso

-No lo vas a conseguir…

-Solo mírate, nadie te va a querer así…

-Nunca lo vas a lograr…

A veces me pregunto que hice mal. A veces me pregunto si alguien más me entenderá. ¿Por qué nuestros propios padres nos destruyen de esa manera?

Tal vez no es su culpa, tal vez es mía por no saber cómo darle alegrías, por no cumplir sus expectativas. Nunca lo sabré y nunca podré preguntarle porque a pesar de vivir en la misma casa, ella ya me abandonó.

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