Tu mirada es la resonancia magnética del universo, Un cosmos en constante fuga, en donde las palabras son ungüento para mi mente y mi corazón, Y yo sólo «Tiemblo al verte». Y las palabras que emanan de mí se vuelven arena seca y deliberada de un desierto que ya nadie frecuenta, en una soledad callada y perpetúa en la cual languidece mi pensar en ti. Mi «Sentir por ti.»

Y ¿Que sería de mi sin pensar en ti? Si en cada poema esta tu figura y tus letras que se me pegan al cuerpo y después no hay liquido disolvente que me las pueda quitar. ¿Cómo se quita este deseo por ti? ¿Cómo se desprende el sentir de lo que no tiene ojos, tacto, o carnes?

! Danubio azul, de un vals de muertos en vida, que aun pronuncia palabras acortadas por el alma en sesgo deliberado de mí!

¡Si, de mí! De esta cocaína que eres tú para mí, veneno para las hadas de un fragmento del Ángel exterminador que no deja de fluctuar y emanar, y yo, aunque no lo quiera me desprendo de mi par air en busca de vos, en busca de todo lo que en poema acaricia el alma, acaricia en calor interminable de fuego de ave fénix, que con lores de pavo real no deja de hacerme viajar en este desprendimiento astral que me convierte en una adicta a ti, en una viciosa de ti.

¡Y ahora como demonios me libro de esta posesión que eres tú de mí! ¡O yo de ti! si hasta en las migajas de pan te veo y suspiro mal sano recuerdo de un Amor que sólo se tienen en el limbo de lo imaginario. y que aquí sigo siendo presa de tu mal nacido recuerdo de amor, que en noche de velas apagadas se culminó por consumir, sin consumirse pariendo la soledad más desordenada de todas, la soledad que aún se encuentra en pie como bastones azucarados y caramelos que no dejan de ser admirados, pero nunca comidos, no más que para la visión del que en empañados cristales los mira partir.

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