Miro tus blancas manos
Tocando mi pobre cuerpo
Y mi roto espíritu,
Como a un juguete dañado
El cual necesita un poco, de amor real
Y no la maldita lástima
Que este mundo me ha dado
Como a un mendigo
Enfermo y moribundo
Que de rodillas pide
Compasión y caridad.
Miro en el espejo, toda esta miseria
Y las cicatrices de mi cuerpo
Como una marca
Que me han condenado
A esta soledad, y la vil locura
De este desamor, que he encontrado
En tu corazón, y tu frágil alma
Al igual que yo, que nos aferramos
A recuerdos de alegría
Que ya no existen más…
Quiero ser tu esclavo, y tu ilusión
Para no llorar, en esta soledad
Y el silencio cruel
De mis sueños idos
A un lugar oscuro
Donde día a día muriendo están
Al igual que yo que juntos a tus pies
Llenos de inútil sangre
Derramados en el piso
Y la tina de tu casa
Cuentan una historia
De gente y mujeres falsas
Que han muerto en vano…
Prometo amarte sobre todo, sin importar el costo
Prometo, arrancarme, este corazón
Que por ti esta latiendo,
Prometo de mis venas darte sangre
Para verte sonreír y no llorar amargamente,
Querida Elizabeth, mi alma yo te entrego
Como un obsequio de amor puro hacia ti,
Para secar tus lagrimas de sal con mi fría mano
Y así curar yo tus penas y junto a ti, despertar
Como un niño asustado, que de ti solo busca, amor
Y el frio de tu pecho para cerrar mis ojos
Y en silencio, escuchar tu corazón y los sollozos
De tu alma, que me han curado
Estas cicatrices que aun me duelen
Mucho por las soledad y la tristeza
Que me han ganado, al igual que a ti
Por un amor que no existe y jamás existió
Solo la pasión y el desamor, de dos personas
Que por dentro están muertas, como
Nuestras almas rotas y desesperadas;
Llorando para nada y por nadie….
F: “El Poeta Triste”
Luis Beneras.
OPINIONES Y COMENTARIOS