En hemorragia, con la sangre que fluye a mi alrededor y los muebles que no dejan de moverse de aquí para ningún lugar. En mi corto espacio solo siento la respiración que acompaña a mi agitado corazón. Con la mirada puesta en el arma aun sin disparar. Me siento en la alusión de mi oscuridad. En esa pequeña brecha de indiferencia y sarcasmo.

Mis anotaciones aun en la mesa. Con todo aquello que alguna vez creí amar, que alguna vez creí entender en mi contorsionada razón que se desvanece y se fragmenta en esta búsqueda inalcanzable, en esta búsqueda interminable por saber ¿Qué es lo verdadero? siempre aquí encaramado entre textos de cuervos rotos. Mientras la magia se disuelve en una solución salina. Yo me desprendo de mí y abro mis carnes y mi karma, para encontrarme en este mercader de Venecia que no cesa de contar mis fantasmas y envolverlos par a regalo, con sus pequeños moños de negro luto.

Que no dejan de invadir mi taza de café negro y fumarse mis cigarrillos, masticados a veces por algunas hormigas que se pasean en mis tórridas noches de espasmos, y mis apuntes ahí sobre la mesa, mientras yo veo las ventanas, convertirse en una casa que no conozco, entre visiones de un mundo que se pierde y se sumerge en películas de blanco color esguinces de mi corazón que ha dejado de sangrar para terminar teniendo una y mil cicatrices que todo lo curan.

Como maquinaria sin respuesta, engranes sin andar de un reloj de títeres que en anfiteatro de pensamientos se columpian en mis escandinavas fantasías.

«Soy un trapecista. Equilibrista con paracaídas, en un mundo de tibia mortalidad humana.»

Y dejo que los gatos negros se pasen en mis ventanales abiertos, a veces con rosetones de marfil y mi poesía se vuelve filosofía, de pensamientos tan profundos que ni con escalinatas podrías llegar a ellos. Y mientras sigo escribiendo, la literatura se mese en mi olimpo. en este pueblo de bizarras figurativas, de polvorientos andares, de tierras cuarteadas y enrojecidas por el fuego, que ha devorado la cosecha, que consume la humedad hasta dejarla seca.

Y miro mi diafanidad, con encuentros carmesí de puentes enturbiados por mujeres que se venden por un pequeño cigarrillo.

Ya es hora, salgo de mi letargo, tomo mi estuche de violín, tomo mi gabardina y me salgo al mundo de los trenes y sentires sin sentir, la mirada perdida, los anteojos en mis manos, los coloco en mi nariz, me llevo un susurro en mis labios, tomo el tren ligero, me dispongo a un viaje sin terminación, es un boleto de ida al más allá, en donde yo me bajo en la última estación. y mientras observo una polilla revolotear en la luz que parpadea del tren, la música en mi cabeza no deja de adormecer mis sentires. pongo mis guantes en mis manos, los coloco bien puestos sobre ellas, meto la mano izquierda a la gabardina, y tomo ese pequeño pendrive, de mis pensativas memorias, le coloco una cadenita que cuelgo a mi pecho. miro entre reojo, la parada está cerca. yo diciendo del tren ligero, mi objetivo es claro, esta noche destruiré la destrucción misma.

Entro al bar, el cantinero me hace un giño, ya sabe lo que pasara, discretamente sale del bar, y yo comienzo a acabar con el lugar, después de todo para ello me contrataron los del servicio secreto, tomo una o dos granadas las dejo caer sin seguro en el piso comienzan a rodar con su frio metal retumban, salgo del lugar y este estalla en mil pedazos.

Sin más cobre el dinero, no tengo remordimientos, soy un asesino a sueldo, discreto y eficiente, me pagan para ello, trabajo para el gobierno, soy un breve mensaje, la llamada que no quieres hacer, el trabajo que no quieres hacer, soy una leyenda, la leyenda que no querrás recordar si no le pagas a tiempo, tu peor pesadilla si me quieres jugar mal.

Conmigo la fiesta comienza y termina tal como empezó, sin ruido, sin escandalos, siempre sales tú en la portada mientras yo sólo regreso a mi casa, me meto en mis pensamientos y espero el nuevo contrato con un solo mensaje en el conmutador. no contesto las llamadas, solo escuchas el Bip de que fue recibido tu mensaje, deja la maleta en donde yo la pueda ver y el trato está hecho. Y yo regreso a mi SWITCH DRIVER de meditación.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS