Una historia inconclusa parte 1

Una historia inconclusa parte 1

Manyoma

24/05/2019

Cada vez que llovía, la alegría resplandecía en nuestro rostro, el ruido del agua que caía en el techo de zinc era un sonido armonioso para nuestros oídos, empezábamos a saltar y cantar de una manera espontánea y alegre, aun en nuestra madre se observaba una sonrisa en su cara, eso era para nosotros lo más hermoso del día, ver a nuestra madre sonreír

En aquel momento nos olvidamos del hambre, de las tristezas y de nuestros anhelos, Cuando paraba de llover volvía ese silencio sepulcral a nuestras vidas, el hambre arreciaba era ay donde la volqueta jaiba (el hermano del medio) iba a a la tienda a comprar los 500 pesos de tostadas para comer con una colada de harina.

Ese alimento nos desagradaba no por su sabor, sino porque no nos llenaba

Pero eso no era un problema nos dirijamos a nuestra despensa la parte de atrás de nuestra casa, le llamábamos la azotea, había sembrados silvestre de papachina, caña, chontaduro, limón

Arrancábamos dos cabezas de papachina, como la cascara de la papachina causa comezón, encendíamos fuego para pasar nuestras manos y así aliviar el dolor, las cocinábamos en una olla con agua y con tres limones hacíamos una limonada con agua de la lluvia hervida, cuando estaba lista que banquete el color azul de una papachina harinosa es un sabor indescriptible, dos pedazos para cada uno de los tres hermanos, nuestra mama no camia quedaba satisfecha con las tostadas.

Así podíamos dormir, yo soñaba mucho y en mis sueños casi siempre era blanco pues en ese tiempo era mi gran anhelo ser blanco, aunque no lo dijera a nadie le preguntaba a Dios que, porque había nacido negro, eso era la causa de nuestros problemas de nuestra pobreza, de que no estuviera nuestro padre en casa.

Recuerdo que la profesora me enseño que los negros éramos descendiente de esclavos, que siempre fuimos pobres, que nunca inventamos nadas, recuerdo los programas de TV todas las hermosas familias eran familias blancas y cuando aparecía un negro como en la seria Blanco y Negro eran adoptados Arnold y Willy por padres blancos.

Al acostarme soñaba con el cabello largo y jugando fútbol, para jugar futbol bueno no debía soñar ese talento era innato éramos muy buenos jugadores los dos hermanos mayores.

A la mañana siguiente nos dirijamos al colegio y de nuevo las clases de matemáticas, sociales y español como siempre lograba entender todo, pero no hablaba en clases, la profesora consentía a Abel y a Anderson siempre y cada vez los resaltaba alguna vez dio una respuesta a una pregunta y luego la dio Anderson y adivinen a quien exalto si a mí no exalto a su niño Anderson

Aunque por primera vez me di cuenta que yo también aprendía.

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