«El que estudia el alma humana, nunca puede entenderla. El que estudia el corazón humano jamás puede interpretar su latir. El que estudia su latir, por más que intente no podrá descifrar lo paranormal que existe en él».

Todo comenzó cuando me quede mirando un cuadro de Botero, sí del pintor, esos trazos regordetes que se exponían en la galería de arte y que durante más de dos días era evidente las enormes filas que se hacían para poder apreciar sus obras que se encontraban para asombro de muchos en explosión por única ocasión. Entonces yo hice fila y dure hasta sin comer como muchos otros, todo por lograr alcanzar a ver las pinturas de esa famosa exposición que había llegado a la ciudad, si bien he de recalcar que la ciudad en donde yo habitaba estaba hambrienta de lo novedoso, este era más que todo un espectáculo y eso yo bien lo sabía ya que llevaba mucho tiempo difundiendolo.

Ya sea por el hambre o el intenso calor o la gente que me abrumo, termine no en la sala de exposiciones como era de imaginarse, si no en una ambulancia rumbo al hospital, para lo cual los médicos me medicaron, para subir mis niveles de agua y vitaminas, cosa no rara en los hospitales, ya que siempre necesites o no necesites te aplicar las ultra venosas de suero para evitar que huyas, ya sea para cobrarte o ya sea para curarte. Como es bien sabido, nunca me han gustado los hospitales, los médicos, o cualquier clase de entidad que se les parezca.

Razón por la cual tuve un pequeño episodio de histeria (Referida a mi impotencia de no haber podido entrar a la exposición y la cual se derivó del boleto que era caro y ya estaba pagado y la frustración del tiempo perdido haciendo una fila de dos días) Por lo que termine con un pase vip a la sala de psiquiatría, en donde me atendió un doctor apto en conocimientos de la mentes, es decir un psicólogo o psiquiatra, que para este grado de mi vida me da lo mismo la referencia del título, pese a que los primeros no medican y los segundo si, por los años de medicina y neurología que estudian. Que a mí me tenían sin cuidado.

O al menos eso era lo que yo creía hasta que me paso a mi consulta, con un pase verde el cual termino hecho pedazos en mis manos (histeria, ansiedad) no importaba después de todo desde el primer inició para ese señor yo estaba Loca, así dijera lo que dijera, y que se me asemejaba mucho a esos juicios en donde ya por default estas condenado fuera que haya pruebas o no.

Si bien para ejercer dicha profesión se requiere dos requisitos básicos y fundamentales o al menos para mí se necesitan, 1.- tener tú mismo muchos traumas 2.- ser perverso. O en ese momento era lo que me parecía. Entonces comenzamos.

– ¡Pase y siéntese! (Tomo mi pase y lo dejo sobre el escritorio) Y bien ¿Con que quiere comenzar?

– ¿Como que con que quiero comenzar? Quiero comenzar, con saber ¿Porque no me dan de alta y me dejan ir? Yo… yo no necesito un psiquiatra o psicólogo, yo necesito salir de aquí.

-Bien muy bien Sra Sait, y ¿Porque se quiere ir?

– ¿Porque me quiero ir? porque no estoy enferma, porque yo sólo quería ir a la exposición de la ciudad y me desmaye.

-mmm, ¿No creo que se desmayó por la presión que tiene en su vida personal?

-Presión, ¿Cual presión? ¿De qué demonios está usted hablando? yo no tengo ninguna presión, yo solo quiero ir a la exposición de Botero, como muchas otras personas.

– ¡Botero! y porque ¿Quiere ir a esa exposición en particular? ¿Algún fetiche o gusto por la gente obesa?

– ¡Noooo. ¡Claro que noooo!

– ¿A entonces le tiene fobia a los obesos?

-No claro que no, yo no le tengo fobia a lo ob…. no claro que no? Yo sólo deseo ir a la exposición.

– ¡Ósea, como que «Desea»! Explíqueme con más claridad, su padre era obeso…

– ¡No…. por Dios claro que no, mi padre no era obeso!

-Entonces ¿usted cree que Dios es obeso?

-¡¡¡Nooo, sólo fue una maldita expresión!!!

-Y ¿Porque maldice?

-Escuche doctor, no es lo que usted piensa, yo necesito irme, me dio mucho gusto conocerle, en verdad, el trato en el hospital es maravilloso, pero debo irme, así que, por favor, pida mi alta y déjeme ir. (Yo le sonreía como niña buena que se portara bien, y ya no va a hacer travesuras) Pero no.… no me creyó… y continuo con su interrogatorio durante media hora más hasta completar la hora de mi tratamiento.

Total que durante toda esa hora, terapio a mi abuelito, bisabuelito, padre, madre, abuelita, bisabuelita, y descubrió que la anomalía de toda mi familia tenía que ver con un granjero que tenía un cerdo, cerdo el cual quería comprar mi bisabuelo y el cual no le quiso vender y de ahí mis traumas por la gente obesa y mi gusto por Botero.

– ¿Cuando yo, lo único que deseaba era entrar a dejar un montón de pancartas que había repartido del museo al igual que otras cosas que no eran mías de la exposición? ¡Vaya que las personas inventan cosas para saciar su profesión! Cuando la realidad era que el museo iba a cerrar, yo había perdido mi pase de entrada y tuve como los demás de formarme en esa interminable fila, mientras mis compañeros repartidores de volantes, se tomaban fotos en la entrada con otros de la galería, vaya, que si no hubiera perdido mi pase del museo esto, esto no hubiera pasado, ahora voy de regreso a mi casa, con una receta con medicamentos controlados, una carta de solicitud a una nueva cita y una pregunta en mi alma, ¿En verdad mi abuelo y bisabuelo se pelearon por un cerdo con su vecino? Al parecer esta noche no podré dormir, por las pesadillas que tendré, creo que jamás voy a volver a ver una exposición de Botero igual, ni a comer carne de cerdo…Tal vez mañana vuelva a mi realidad y este episodio en mi vida no vuelva jamás a atormentarme.

Decía esto, mientras me mecía de adelante hacia atrás, como si hubiera tenido la experiencia más traumática de mi vida. así que anote en un mensaje de voz en mi celular, Recuerda Sait que este fue tan sólo un horrible sueño, mañana, mañana volverlas a la realidad. (Tire la receta en el basurero más cercano y regrese a casa, de donde no debía de haber salido para ir al trabajo ese día.)

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