Ahora que se encontró, ahora que lo tenía, no es suficiente. Mente y cuerpo ardían. se perdían y huían. Entonces nació el sol y se glorifico en la mirada de quien observaba el ancho cielo, llevándolo y transportándolo a otro lugar. Sintió entonces el cuerpo liviano y puro como la brisa del mar al alba. Ya no temía y había coraje en su corazón, se hizo grande y salto sobre una nube para luego descansar.

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