Procura entender

Ni el peso de tus trancas
Ni tus sueños disonantes
Ni el mar de estrellas
Ni el trazo corto de tu esfuerzo
Ni el mero sentimiento de agobio
Ni las noches en vela depredadora
Ni los cuentos
Ni los hitos
Ni los besos
Ni la calma
Ni otro segundo desperdiciado
Ni el arrastre consciente del tiempo
Descansan su existencia en tu afán de plenitud.

No eres sol, estrella perdida, ni tu estancia el cobijo de las ánimas.
Solo estela, como todos, muerta mucho antes que esos ojos que ahora te ven en el cielo vidrioso,
como el vuelo de una luciérnaga en la bruma nocturna, tiñendo los escondrijos para los caminantes de rumbo curioso.
Procura entender el valor de tu nimio vuelo.

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