ORQUÍDEA ABEJA

ORQUÍDEA ABEJA

Israel Visso

13/05/2019

—Amigo, he desarrollado una personalidad de actitud negativa; me ancla al pasado, diluye mi presente, tritura mi futuro.

— ¿Por qué postergar tu felicidad? Esa áspera irritabilidad mezclada con insatisfacción rutinaria, está cavando en ti.

—Siento que merezco más. No desprecio tiempo en delirios ni alucinaciones permanentes sobre el futuro del resto.

—No te sientes realizado. Eres incapaz de ver el sol a través de las nubes.

— ¿Qué dices?

—Tienes ego incubando ahí dentro, una enfermedad que no te permite trascender. Detrás de tu vida habita una ingeniería interna que concibe tu constante evolución; pero tal parece, que buscas la felicidad de afuera hacia adentro, cuando pisas ese escalón te mantienes atrapado en ese bucle de desgracia manipulado por tu propia mente. Tan olvidado en ti mismo.

—El ego es una herencia de mi pasado.

—Es un engranaje de incompletitud permanente, es la causante de tu adicción al futuro, de que nades en una constante proyección mental, haciéndote creer que la felicidad se encuentra afuera de uno mismo y fuera de este momento, cuando en realidad es un vacío ilimitado subjetivo a la felicidad que recibiste.

— ¿Qué debería hacer?

—El ego actúa por supervivencia, cuando anulas tu conciencia plena del presente; entonces, revive la chispa de la necesidad de poseer. Deja de evaluar lo que “podría ser o suceder”, en otras palabras, asfixia tu temor de “lo que ya fue”, mantén tu atención en el presente, conserva el dominio de tus acciones. Planificar metas y objetivos de manera consciente está bien, es sin dudar necesario. Lo que es errado a mi perspectiva, es considerar el presente excesivamente como un medio para el futuro. Olvidando lo real, cayendo en quimeras.

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