Perdiendo esencia.

A veces nos cuesta tanto aceptar quienes somos, y no me refiero solamente a lo físico, a eso no, porque llegas al punto de entender que lo que esta por fuera es simplemente algo temporal, que con lo años será diferente, que se deteriorará, un simple envoltorio. Hablo de aceptar quienes somos realmente.

Aquello que tenemos en el corazón, en nuestros pensamientos, nuestros sentimientos, eso que nunca cambiará, ni se deteriorará, porque es lo que nos hace ser nosotros realmente, lo que nos da eso que llaman esencia, eso que ninguna otra persona en el mundo tiene.

Nos escondemos detrás de una pantalla, fingimos estar bien la mayor parte del tiempo, hablamos, nos relacionamos y tratamos de agradarle a personas que no apreciamos, y aún así nos obligamos a hacerlo, vivimos en una constante lucha por ser aceptados. Pero, ¿por que no empezamos por aceptarnos nosotros mismos?, ¿por qué no dejamos de escudarnos, de ocultar lo que realmente somos? ¿por qué cada vez que sentimos deseos de ser nosotros mismos, el miedo nos frena?

Somos hipócritas y falsos, realmente no sé quién eres, porque me das una versión de ti que no es real, que no va contigo, una máscara más, que trata de impresionar a otros, pero pierdes, pierdes lo que eres realmente, pierdes tu esencia.

Pierdes cada vez que te fallas, que ocultas lo que eres por miedo al que dirán. Pierdes cuando tratas de meter en tu cabeza algo que no calza contigo. Pierdes cuando ni tu mismo te aceptas. Pierdes cuando mientes a los demás, pero más cuando te mientes a ti, porque ya no puedes caer más bajo.

Yo he perdido, y lo sigo haciendo, cada día.