…Nada como tú…

…Nada como tú…

Nhaudy Guerrero

04/05/2019

Existe un tormento que navega en el corazón de cualquier hombre, un sollozo que solo puede ser calmado por medio de un canto anhelado.

Una voz que al entonarse genera un concierto en el alma de aquel desesperado y abandonado ser.

Sus besos son como el caramelo en su punto más alto de sabor, mientras que el fuego reavive su esencia este se mantendrá tan dulce como su creación.

Provocando un desastre empalagoso pero sabroso. Labios que se muerden solo con verte, y generan en su pantalón sensaciones llenas de múltiples posiciones.

Qué su gemido sea interno y sus ganas son tan evidentes, como cuando un ruiseñor canta una hermosa melodía al esconderse la luna.

Así es ella, según él; una flor que no deja de crecer aunque su primavera ya no exista desde hace tanto tiempo en su tierra.

Una tierra maltratada pero fuerte ante cualquier labrador que venga a molestarla.

No deja de amarla, porque sabe lo que vale. No tiene fecha, ni hora, ni llegada; solo sabe que lo eligió en medio de un millón de estrellas.

Por eso se considera el hombre más afortunado después de Adán, luego de conocer a Eva.

Su historia se repite en esta era, con ganas de decorar su manzana, su que la distancia sea eterna, él añora cada noche con poder deleitar su paladar con un bocado de este exquisito manjar.

Por ahora se queda como n las ganas de besarla, pues por desgracia aún no puede tocarla.

Y en sus sueños se desnudan con besos y caricias, haciendo el amor en nubes aterciopeladas postradas en una delicada cama, la cual se ubica en cuatro paredes de porcelana.

Y para culminar su deseada historia, me cuenta que arrodillarse ante ella, será su mayor prueba, porque el universo no se lo puede ofrecer.

Ironíco mi protagonista, ¿no? al saber que el universo se encuentra en los ojitos negritos de esa bella mujer.

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