Mi trozo de cinta.

Mi trozo de cinta.

Susan

03/05/2019

Me gusta sentirme fuerte, invencible, suelo imaginar que soy un árbol, uno de esos que ves en pie durante miles de años, sobreviviendo a tormentas, sequías, humanos que tratan de acabar con su vida, y que aún con todos esos obstáculos que quieren derribarlo, el sigue fuerte.

Pero hay días en los que simplemente siento que estar fuerte no es lo mío, que ser un árbol no me va. Porque por dentro la necesidad de bajar lo ánimos un poco me invade, y tengo derecho a sentirme triste, a tener mis niveles de carga bajos, a querer llorar por nada o por todo, a darle un poco de suavidad a este duro caparazón que envuelve el corazón.

Así que no trates nunca de ponerle motivos a la tristeza, porque sencillamente es un sentimiento más, que merece ser sentido, vivido sin razón alguna, puedes hacerlo.

Y otros días, estás ahí fuera viendo como pasan las nubes sin dejar rastro, sin nadie que las note, y te sientes así.

Sintiéndote rota, un pedazito de ti, que necesita ser reparado pero no encuentras la solución, no sabes que es lo que realmente te duele, no entiendes que es lo que pasa ahí dentro, y solo sabes que mientras más pasa el tiempo, más te cuesta descubrirlo, porque te cierras a todo, a vivir, a sentir, a querer y a dejarte querer.

Pero repararte lleva tiempo, no eres una hoja de papel partida en dos, que requiere solo un trozo de cinta, y listo, no eres algo tan sencillo de remendar, no como tú quisieras serlo. Pero, tal vez tu trozo de cinta sea alguien, algo, o todo.

Quizás estés más rota de lo que imaginas, y uno, dos o tres trozos no sean suficientes para unir tus pedazos, quizás y eso que tanto duele, eres tú…





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