Hablando con la nada

Te llame por celular, tu número marcaba y alguien me contestó diciendo – deje su mensaje- .

Mientras hablaba, pensando si estabas del otro lado, pero aún así seguí.

33 años aclamando libertad, pero sigo preso en esta prisión llamada población, tratando de hacer lo mejor.

Se que estaría peor de no ser por las personas que aparecieron en mi camino, y de algún consejo que me haya dado aquel anciano, me esfuerzo pero cada vez me cuesta más.

Los errores me acompañan a cada instante, son los aliados que no necesité, pero me siguen donde sea que esté. Cada vez que lo pienso mis sentimientos afloran, pero llorar no hará que sea una mejora.

Mirar hacia atrás y borrar cosas de mi pasado, mientras el nudo en la garganta me atormenta.

Cuando hablo, no se quien me estará escuchando si dios o el diablo, mientras mis deseos hago.

Tampoco sé quien será el que acuda a los llamados, ya que los malos también hablan con la nada y piden sus deseos.

La rabia se apodera a esta hora, ya que por el auricular no tengo respuestas, pero sigo por un rato, esto va para largo.

Aún sigo esperando el momento de nuestro golpe de suerte, o ver si el mundo se invierte o realmente si se equilibra la balanza y podamos todos disfrutar de la bonanza.

Sé que robar va en alza, criar a mis hijos a ser mejor personas, mientras en la calle o en escuelas niños mal criados los presionan.

En hospitales mueren las personas inocentes, gente que ha seguido al pie de la letra tus creencias y enfermedades que aparecen les llegan aunque se cuiden, pero así sin rendirse siguen hablando con la nada.