Mate dulce, sin Limón.

Mate dulce, sin Limón.

Juan, a secas.

01/05/2019

¿Sin limón?, esta vez sí. Porque, otras veces, fue con limón. Y otras veces con boldo, con cascaras de naranja, con lo que venga, pero no mezclado, sino por separado.

Como esta semana que pasó, que tuvo sus cascaras, sus »té de boldo», su gusto agrio o dulce por momentos.

En fin, el mate vendría a ser una oportunidad para darle »sabor» a las mañanas y las tardes. Una oportunidad para juntarme con otros, darles un mate y por qué no darles sabor también a sus mañanas y sus tardes.

Dicen que uno es más feliz cuando se dá a sí mismo, cuando (podríamos decir) al dar un mate no sólo da un pedazo de madera con un poco de pasto seco y azúcar (o como les decía, limón, cascaras de naranja, etc) sino que también se dá y se brinda al otro, en ese gesto tan sencillo y tan fraterno, tan simple y tan hondo, lleno de simbolismo.

Porque somos así, y cuando decimos »voy a preparar unos mates» el sustantivo »mate» no es sólo »un mate» sino la compañía, la oportunidad, el abrazo, el »che ¿cómo andas?» con el que me acerco a los demás, saliendo de mí mismo y mi mundito.

Conclusión: Tomar mate hace bien, tomarlo con otros, hace »mejor» 😉

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS