Es solo mía esta idea de que tú eres la dama ideal

Qué la peña de mi cien te ha creado un manantial

Quisiera pegarme un tiro para borrarte eternamente

Pues si vivo, ya no vivo con tu maldita imagen en mente

Es tu pelo de medusa que cae como cascada en tus hombros

Ha puesto chispas y ojos abiertos a mis horas diurnas

Pero tú no cederás hasta que dejes todo hecho escombros

Si te paseas ofreciendo todo y permaneces taciturna

Damisela hierro fuerte, tu umbral no penetra mi sierra

Morfeo proyecta mi boca nutriéndose de tu fuente de vida

Cuando una mi cuerpo a ti como semilla en la tierra

Donde queden luego en una mi sed con tu sed fundidas

¿Qué ganas tú con ignorar mi miserable mirada al pasar?

No te duele mi dolor evidente, ¡Oh gran sádica diosa!

Acerbo es que cebes tu encanto de mi dulce penar

Y que yo te siga queriendo así, tan vil y vigorosa

Quiero hacerte llorar por feliz, por sufrir, por maldita

Y hacerte reír de dicha, porque me tienes domado

El desespero de la espera son mis horas benditas

Porque yo sigo atontado, imbécil y atolondrado

Me quitas la vida que da la esperanza de tenerte un día

Porque me tocas y sonríes, cómo sonríes al mundo entero

Pero yo quiero ser todo lo que te causa bien y aunque no seas mía

Ser tu predilecto, elegido, único, imperecedero

Ahora soy un poeta que no conoce rimas ni métrica

He comprobado en los versos como es morirse de hipoxia

Porque solo me das a distancia esa sonrisa ártica

Y a estas horas me pregunto si lo que veo en ti es kalopsia


Abril 2019

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS