​LA CUESTA

Vamos subiendo despacio, todos acalorados. Con el sudor que brilla en el cogote y en la frente, los arrieros. Camino lento de mulas viejas, todos con soga en mano y marea…finura de tesitura y bestias…Entre el marfil de pasto verde que rosa, cortando y picando las entre piernas, con machete en mano, sedientos hambrientos y cansados, cortando rastrojo para animales, buscando entre la maraña algún agujero de conejo o en los arboles mirando ardillas trepar correr y deslizarse.

Nada…Sólo nos queda en el Guarnir unos tacos duros y un poco de agua miel… para el rato. Vamos pasando el rato, meneamos el rabo y miramos por el rabillo de los ojos. Enchilados por el calor…

Pero que le hacemos. Ya llevamos rato de andanza tras andanza, con copla en mano y Vitroletra, en sed de fermentos y lágrimas, con dulce caribeño de peregrinas… nos vamos p´a la villa, a cantarle a la Virgencita y rezarle unos cuantos rosarios, con canticos y alabanzas, ruega y ruega el capellán….

Santo y santo al pecho, mientras los burros se atrasan, con la carga que llevan dos molotes y unos altares pesados en el lomo, varios santos, algunos envueltos en tela, para que no se nos rompan por el camino.

Prontito llegamos, prontito, y nos los bendice el padre, pero no es suficiente llevamos muchas cuitas, muchas, clavadas hasta las entrañas…

Y nos desvelamos espantando coyotes y nos amanecemos, devuelta al tropel del camino, apagamos la fogata y levantamos la acampada, rece y rece hasta apaciguar el hambre que traemos.. luego la lluvia.

Todos mojados vamos, a la carga de nueva de todo, con mochila pesada entre el gentío, nos pasamos, nos persignamos y hay esta la Virgencita… le rezamos nos hincamos y luego lentamente nos vamos entre el gente, entre las canciones el cansancio y la fe.