Somos dependientes de una hora, un segundo, un minuto… en un minuto te puedes enamorar, puedes matar, puedes mentir, puedes herir, puedes fallar; en un minuto; en un pequeño y simple minuto caemos y nos acorralamos. Qué desagradable es tener ese poder, que intenso es eso de sentir.

Qué las emociones y sentimientos van unidos, que son vicios cautivados por la oscuridad que ataca, que es un pequeño artificio de la inmensa tiniebla; son baluartes y senderos concebidos. En un minuto quedas mal, mueres y te acorralan. He fallado tanto que no encuentro la respuesta de que debo de hacer. Como puedo llenarme de la única inmensa bondad, como quererme como si fuera lo más inalcanzable de este mundo.

Se enciende cada día ese fuego de ira, de resentimientos, de un corazón herido, roto sin parar. Es algo difícil de tomar, de recoger, de ver…

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