Reparo en tu tacto.

Ese sutil contacto que clandestinamente

me hace presa fácil de ti.

De tu sensual figura que se niega

innegablemente a apartarse de mi memoria.

Y de esta sed o necesidad de amarte.

Así, en desmesura.

Sin contratiempo de nada.

Más que con ese febril deseo casi animal.

Y digo casi…

¿Porque? Aun que me carcomen tus carnes.

El amor que te procuro va más allá de ese placer.

Pues tiene que ver más con ese sentir

de amar lo esencial.

Lo sublime que recubre tu ser como el chocolate

recubre el helado más delicioso.

El más apetecible de los antojos.

Y aunque mi amor por ti supera la fantasía misma

aun hoy siento ese tacto infinito que

me desnuda el alma en un sólo parpadeo de tu

dulce sentirte aquí…

En este breve, pero dulce contacto que tienen

mis manos con las tuyas.

Fragilidad perene, pero al mismo tiempo infinita

en las remembranzas de mi memoria.

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