al tercer intento

Viene tu roce a despoblar violentamente mis internas avenidas,

Haciendo huir despavoridos mis profundos silencios y mis miedos,

Como un aguacero terrible y altanero, arrastrando todo a su paso,

Como una colina enorme, derrumbándose entera sobre mi pecho,

No puedo medir las pérdidas o consecuencias, de esta vil catástrofe

Aún, con la angustia, el sudor frio y el miedo, me he llenado de tibieza,

Acomodada y pegada a los vellos escasos y oscuros de tu cuerpo, vibrando

Una palma torpe me sostiene el cabello, una boca ruda, besa mi frente,

Este gigante que viene a mancillarme, también sabe tiernamente acariciarme,

Su boca atrapa en un sinfín de besos exigentes, delirantes, coquetos

Siempre me han gustado tanto los besos, placer oscuro, que nunca confieso,

Entre los dientes dice, que aún son pocos besos, yo me entrego por completo,

Este molde de carne se adapta al mío, como un guante con entallado perfecto,

de todos mis amantes este resulta el más imprevisible y el más certero,

Sus nudosos dedos gruesos, tibios y rasposos van recorriéndome y yo los dejo

En su camino florecen margaritas, van apareciendo luceros, ardiendo fuego,

Una palma atrapa mi pelo, tironea despacio y me llena de nuevo de besos,

Se entrecorta el aliento, casi desfallezco, nunca sentí tanto placer y tal anhelo,

derrumbado, con el torso descubierto, un brazo firme enlazado a mi cuerpo,

Ronca en un sonido profundo y siniestro, intento moverme, luego me contengo,

Entre ese cuerpo enorme, atrapada, en un secuestro voluntariamente impuesto,

Disfruto del intenso calor , que inunda mi piel y el corazón me llena de versos,

Que me trae una tranquilidad y una alegría nueva, que jamás había supuesto,

De tan distinto a mis deseos, ha venido y me ha llenado de logros por dentro,

De tan imperfecto, resulta en casi todo, mi príncipe esperado y verdadero,

Y aquí acomodada, cierro los ojos, desearía no tener que moverme de nuevo.