Qué culpa tiene el átomo de ser hombre

De ser forma de muerte

Qué culpa tiene de ser arma

De dar fuego incandescente

Qué culpa tiene de ser gaviota, de ser aire y de ser nido

Es entonces la vida misma

La transformación a molécula

La transformación al ser y al dejar de ser

Qué culpa tiene el átomo de existir

De ser la carne y el aire, de componer el puño y las ideas

Lo es todo, porque todo es lo mismo

Es lo mismo la gaviota que vuela y que duerme y que crece

Es lo mismo ser el arma, empuñada y asesina

Arma que doblega muchas veces, arma que usurpa la mayor ley

Arma que es utilizada con niños que existen

Con niños que dejan de existir en esta tierra como átomos

Y es lo mismo ser el niño, el hombre o su patriarcal conjunto

Es lo mismo ser el fuego que se apaga y se vuelve a prender.

Qué culpa tienes, y me disculpo.

Me disculpo como la gaviota a su nido

Que tolera con esfuerzo, picaduras, rasguños y el peso de los pichones

Que tolera el mundo en sus abstractos hombros

Como un abstracto Atlas

Y te doy personalidad de ser humano, te doy la humanidad que creamos

Ignorando tu sin forma estipulada

Ignorando tu fibra, tu particular mirada

Tu esotérico brillo que bien me carga.

Qué culpa tienes de ser arma, ya lo dije y lo repito

Obligada a encenderlo todo como el sol naciente e incontrarrestable

Así te diseñaron, así fueron tus conjuntos delimitados

Surcados, moldeados, tus fronteras fueron marcadas por la fuerza

Por el magnetismo de tu espíritu

Así es el viento que sale por tus humanos poros

Así es resuelta tu incógnita, así te termino.

¡Disculpadme!

No elegí ser lo que soy, más de lo que soy, o menos quizá

Y entonces no sé que soy

Quizá un músculo en movimiento en un pedazo de tierra que gira

Que gira en el cielo y canta con los cantos de todos los músculos

Que le dan vida, que le dan conciencia y voz

Sólo soy una carne con nombre que va por aquí caminando

Pensando, divagando, sufriendo y supuestamente amando

Sólo soy lo que alguien dijo que serías, átomo, y él me dio la conciencia

Me dejó utilizarte con el fin de la experiencia

Con el fin de saber y conocer la existencia

La inocua y perra existencia.

Disculpadme, átomo.

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