En la inmensidad de la noche 
Es la hora, el instante preciso,
El momento ideal.
La luna besa la tierra,
El sol el horizonte acaricia,
Las estrellas descansan tranquilas
Sobre la cristalinas agua del mar
Y serena la noche
Al oído te susurra con voz
Tan dulce como sutil:
«¡ Vive!
Deja el dolor atras».
Es el momento exacto,
El esperado por tanto.
Es el tiempo correcto,
Los astros, a lo lejos,
Te enseñan la señal;
Ha llegado, sin dudas,
Ése anhelo tan deseado.
En la soledad profunda
Junto con un hondo silencio
Al oído te susurra con voz
Tan dulce como delicada:
«¡ Vive!»
Deja que el mundo
Tan sólo y por si mismo
Cure sus heridas;
Las tuyas no sanará
Nadie más que tú.
Es una noche mágica,
Una velada apacible
Y te escoltan la luna,
Las estrellas y los astros;
A tu lado danzan los cometas;
El océano, tu gran espejo,
Dónde se reflejan todos tus anhelos.
¡ Vamos! Deja que el mundo
Tan sólo sane sus heridas,
Tú tienes tus propias
Consumiendote el corazón,
El alma, la vida
Que sin motivo ni razón
Estás dejando escapar
A un mañana sin mañana…
«¡ Vive! Deja el dolor atrás».
Abre tus alas y vuela
Que aún estás a tiempo
De alcanzar ése viento
A tu favor
Que te lleve lejos.
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