UNA IDEA DEL AMOR.

Sólo me detuve un segundo para afirmar la idea de que esa era la sonrisa que quería continuar admirando… es una locura, ¿acaso sería yo el motivo de ella? ¿Me podría convertir en un motivo? ¿Pero qué particularidad tendría el amor, si como cuerdos actuáramos y como locos nos reservamos la idea del amor? Se puede tornar tan difícil cuando pertenecemos a mundos diferentes, y es que acá, en mí hay tanta tempestad, las mariposas aletean con tanto furor, y los sentimientos sólo florecen como si sembrase en mí un bosque en pleno otoño, entonces sus raíces se arraigan a este sentimiento, que no controlo, que no entiendo, y tú, ¿es que no lo ves? estoy ahí; sí, la que te observa cuando acaricias una mano tan fuerte contra la otra, como si la ansiedad se apoderara de ti, luego, te pasas entre nosotros y yo sólo puedo rastrear el intenso olor de tu cuerpo que se desborda y se queda ahí, en el aire, pero se siente, es tan tuyo (tan mío), ahí se crean recuerdos inexplicables, pequeños recuerdos que se manifiestan en todo momento. Podría ser demasiado rápido, bastante, diría yo, pero qué reglas podría romper, el cariño nunca se hace más rápido ni más lento, hay qué dejarlo fluir, que se sienta, que te acelere el pulso y otras veces, que te rompa…

¿Qué tan difícil podría ser llegar hasta ahí? Es decir, a esa mirada tan sublime, que desprende un caos de emociones a donde quiera que pueda apuntar, y es que disparas tan fuerte, aunque se haga tan insignificante para ti, pero tan deseoso para mí el que puedas dilatar mis pupilas enardecidas por tan bello reflejo que se yace en tus ojos al mirar, y es que no es por mí, no es para mí, pero ese eres tú para mí, así como te imagino, hasta el punto de crear una personalidad que no se encuentra, que no está, ¿pero qué tan malo podría ser, si crear tormentas en mi interior es mi fuerte? que te sientes enfrente de mí en el escritorio que te corresponde, ya te imagino lleno de sorpresas; estás ahí, sedente, en tu papel profesional, pero… hay algo que te sacude, siempre tan ansioso, caminando de aquí para allá, el frotar de tus manos, las manos en tu barbilla, una, dos, tres veces, y sigues lleno de sorpresas, porque no sé nada de ti, esto es lo que puedo imaginarme de ti y podría parecer de locos, podrías estar sorprendido, ridiculizado, echando a perder tus valiosos minutos leyendo algo sin sentido, pero pude lograr que salieras de tus libros un segundo y te plasmaras en este perfecto desastre que con tan sólo verte, creaste en mí.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS