…Sin demora, te desvaneces…

…Sin demora, te desvaneces…

Nhaudy Guerrero

23/03/2019

…“Mi hogar poco a poco se desmorona, se quiebra, se pudre. El tiempo se agota, y no nada que pueda hacer para tratar de ayudarte mi querida amiga; mi olvidada vida”…

Así fue como se despidió aquel hombre al que una vez llame abuelo. Hombre fuerte, de voz tenue y apariencia temerosa. En su niñez poco resaltó; fue su época de antaño la que le hizo surgir y ser el resguardo que en su espalda llevaba toda una montaña de amor, un hogar al cuál jamás dejo caer y procuro que la palabra olvido no apareciese cerca de su puerta. Aunque si lo ves en este momento, no da mucho de qué hablar, su longevidad le consume. Aventuras que quedan en el olvido; y el olvido hace parte su gran amor, el amor que hace poco perdió. Más sin embargo el aún le llama para que su café no se pase de las tres.Por las tardes me cuenta hermosas historias de su juventud, en dónde menta a su gran amigo Pablo, y según él y todo lo que me ha dicho, es una réplica exacta de quién hoy día soy.

Me sorprendió su velada, así que le di mi atención, mientras me contaba, me perdía en la historia e imaginaba todas las anécdotas que en un pasado sucedieron y que ese día se hacían realidad a causa de su forma de relatarlo. Pocas veces navegaron en el mar, todos sus viajes se realizaron con los pies firmes en tierra y solo un destino fue completado con ayuda del cielo, y ese mágico algodón que recubría una cadena infinita de montañas que guardaban en secreto vida y un esplendor sumiso.

Lentamente sus ojos cristalinos se sofocaban y un río de lágrimas acompañaban mi rostro; él sabía que era el final de su historia, pero que mi libro apenas comenzaba a teñirse de colores; y sin demora me dijo con emoción: ¡Recuerdas el día que juntos recorrimos la montaa de Mordaht! Esa majestuosa eminencia en las afueras de mi ciudad natal. Ese día llovía y me acerque a un árbol y respire junto a él,sentí su amor y el de la madre Tierra, y como nos, y lo sabes!. Sé que no eres mi hijo, pero traes a mi mente pedacitos de su rostro, su inolvidable rostro. Todo lo que he contado solo sucedió en mi mente, conocí tanto lugares que ahora no se si realmente existen. Solo me quedo con lo hermoso de lo que una vez soñé. Y que obviamente revivirás en tu mente. Vive lo que queda de ellos, porque desde hoy serán eternos.

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