Las cajitas mágicas

Las cajitas mágicas

Enrique Pozza

17/03/2019

Las Cajitas Mágicas

Jugando con las Cajitas

  • – No. No las toques.
  • LU puso los brazos y las manos alrededor de las cajas como si fueran una fortaleza.
  • – Dame. Yo también quiero jugar
  • Protestó RO.
  • – No porque las vas a romper y son mágicas.
  • – No las voy a romper y no son mágicas, son para jugar.
  • – Sí. Son mágicas
  • – No. No. ¡PA!, LU no me deja jugar con las cajitas de colores porque dice que son mágicas. ¿No es cierto que no son mágicas?
  • PA, se acercó para llevar un poco de paz y evitar que las mellizas se peleen, algo que le molestaba mucho.
  • – ¿Qué está pasando? – Dijo con el ceño fruncido y los brazos en jarra. Gesto que hizo que las mellizas se rieran y se miraran cómplices. PA se hacía el enojado, pero ellas sabían muy bien que no estaba nada enojado.
  • – PA, por favor, explicale a RO que las cajitas son mágicas ¿No ves que no entiende nada?
  • – Son mágicas, pero me parece que vos no conocés la magia de las cajitas ¿A ver? Explicanos porqué decís que son mágicas. – Dijo PA sentándose al lado de RO con las piernas cruzadas como estaban las nenas.
  • – Porque cuando las guardás una adentro de la otra y cerrás la tapita así, la de adentro desaparece.
  • – Noo, no es cierto. Decía RO mientras se reía por la ocurrencia de LU.
  • – Sí, es verdad. La ponés adentro así. Y ¡ya está! Desapareció.
  • – Noo, no desapareció nada, está adentro. – Entonces le sacó la caja azul, le levantó la tapa y le mostró que adentro estaba la cajita roja.
  • – ¡Pero es que cuando le sacás la tapa aparece de nuevo! – Explicó RO como si fuera algo obvio.
  • – Mmmm veamos. Dijo PA – Si le ponemos la tapa desaparece, si le sacamos la tapa aparece. Ahora le voy a poner la tapa y ….- Sacudió la caja azul y se oía el rebotar de la cajita roja dentro.
  • – Me parece que no desapareció nada …
  • – ¡Pero vos también! Se indignó LU – ¿Acaso no sabés que cuando la sacudís también aparece? Tiene que estar quietita, quietita y se va … Desaparece.
  • RO y PA se miraron como diciéndose: Esta nos está engañando. Pero no había forma de demostrarlo.
  • – Puede ser. Dijo PA finalmente para el triunfo de LU y la decepción de RO. – Pero nadie va a saberlo nunca, no sé cómo hiciste para darte cuenta.Y para satisfacción de RO, LU no supo explicarse.
  • – Pero es verdad que son mágicas. Dijo PA – Pero la magia que tienen es otra y se puede conocer: Cuentan historias.
  • – Noo. Dijeron las mellizas al mismo tiempo. – Si no hablan. Y de inmediato se llevó cada una una caja a la oreja y demostraron de inmediato que las cajas no contaban ninguna historia.
  • – No es así como funciona. – Explicó PA – A la noche justo antes de dormirse, tienen que poner una cajita, solamente una, en la mesa de luz. Apagar las luces, cerrar los ojos y querer que la cajita mágica cuente una historia, entonces cuando estamos por quedarnos dormidos, la cajita comienza a contar una historia que nadie puede oír, la cuenta tan bajito, tan bajito, que solamente quien haya puesto la cajita en su mesa de luz muy cerca va a poder oír la historia, y en ese momento, cuando oiga la historia, se va a dormir, y al otro día, cuando se despierte, se va a levantar feliz porque la cajita mágica le contó una historia que nadie le había contado antes.
  • Así que lo que vamos a hacer ahora es llevarnos una cajita cada uno a nuestra mesita de luz, cuidar que quede bien cerrada para que no se le escape ninguna historia y a la noche, antes de dormir, la vamos a abrir para poder escuchar. Y mañana nos contamos las historias los tres y agarramos las otras tres cajitas para escuchar mañana a la noche otras historias distintas¿Qué les parece?
  • – Sííí. – Dijeron de inmediato las melli.
  • – Para mí la verde. – Dijo RO.
  • – Para mi la roja. -Pidió LU.
  • – Entonces para mí la amarilla – Dijo PA.
  • – ¿Te podés encargar vos del baño mientras preparo la cena? – Pidió MA y se terminó el juego de las cajas por ese día, por la noche, después de comer se fueron todos a dormir, pero antes MA y PA les fueron a dar el beso de las buenas noches y PA les recordó que le saquen la tapa a las cajitas.

La Cebrita que quería ser Tigre

Al otro día por la mañana, durante el desayuno, PA les preguntó si habían escuchado las historias. Las melli le dijeron que sí pero le pidieron que cuente él primero su historia.

  • – Bueno, a mí me contó la historia de la Cebrita que quería ser Tigre:
  • Resulta que una Cebrita vió que tenía rayas igual que los Tigres y quiso ir a jugar con ellos. ¿Puedo jugar con Ustedes? Preguntó. Sí claro le respondieron los tigres muriéndose de risa y mientras jugaban los tigres como suelen jugar ellos, a lo bruto, la lastimaron mucho ¿Por qué me lastiman? Preguntó la Cebrita. Porque somos tigres, respondieron ellos, Pero yo también soy un tigre, protestó ¿No ven que tengo rayas y vine a jugar con ustedes? No, vos son una cebra. Nosotros somos tigres, dijeron, y la Cebrita se fue corriendo con las otras ebras que ya no querían jugar con ella porque se había ido con los tigres.
  • PA, cambiaba la voz, cuando hacía de Cebrita era aguda y cuando hacía de tigre, grave. A las nenas les gustaba mucho.
  • – ¿Y qué pasó entonces?
  • – Un día los tigres fueron a donde estaban las cebras y llamaron a su amiga, ¿No querés venir a jugar con nosotros? La Cebrita no quería porque no quería que la lastimen. Y les preguntó a las otras cebras – ¿Me puedo quedar acá con ustedes? – Sí pero quédate bien pegada a nosotras porque si estamos juntas los tigres no nos puede atacar.
  • Y así aprendió la Cebrita que, aunque sean más débiles, si se unen, no los pueden lastimar y que no por ir a jugar con los Tigres se iba a convertir en uno.
  • ¿Les gustó la historia que me contó la cajita?
  • Mas o menos dijo RO. A mi me contó la de un Pato.

El Pato CUEC

  • – A ver. Contala. Dale.
  • – Bueno, resulta que había un Pato que en lugar de decir CUAC, decía CUEC.
  • – Ah! Mirá vos. Entonces nadie le podía entender.
  • – ¡Y no! ¡Claro! Si en lugar de CUAC, decía CUEC, nadie le podía entender.
  • – Pero a lo mejor el Pato tenía razón – Pensó en voz alta PA – Quizás tenía que esperar a que llegue el momento para que lo entiendan.
  • – ¿Y tu historia? Le preguntó a LU.

La Arañita que subía y subía

  • – La de la Arañita que subía y subía y no podía llegar a donde ella quería.
  • – ¡Qué buena historia! – Dijo PA
  • – Porque no sé si Ustedes saben que en una montaña que es la más alta del mundo. Una montaña muy alta muy alta.
  • – ¿Tan alta que está arriba del cielo? – Preguntó RO
  • – ¡Cómo va a estar arriba del cielo! – Se rió LU
  • – Es tan alta que es más alta que las nubes – Explicó PA
  • – ¡Entonces es más alta que el cielo! – Confirmó RO.
  • – Tiene cielo arriba pero tiene nubes abajo, porque es muy alta muy alta. No hay ninguna montaña más alta, en esa montaña, vive una arañita que es el animalito que vive más alto que todos los demás. Y vive ahí para estar tranquilita y segura porque como vive sola, nadie se la puede comer, pero a veces tiene mucha hambre, porque como no hay bichitos, ni moscas ni mosquitos, no tiene nada para comer, entonces, tiene que esperar que el viento le traiga bichitos y ahí se los come.
  • Me parece que la arañita de tu historia debe querer subir y subir para estar más segura y debe tener miedo de que algún animal más grande se la coma.
  • Pero si sube mucho pero mucho se queda sin comida entonces, aunque sube y sube nunca llega adonde ella quiere.¡Es una historia muy linda!

Al Súper

  • – ¡A ver si paran un poco Ustedes 3 y vamos al Supermercado! – Apuró MA, y se fueron los 4 al Supermercado.
  • – ¡El carrito para mí! -Cantó RO.
  • – ¡No! ¡Para mí! – Se quejó LU
  • – Vamos con 2 carritos y corremos carreras – Propuso PA
  • – Yo, con PA – No, yo.
  • – Arreglá vos el lío que vos armaste – Ordenó MA-
  • En el Supermercado iban PA y MA juntos con los carritos y las nenas metían golosinas y las cosas que a ellas le gustaban dentro del carrito y PA y MA las iban sacando mientras las mellizas se quejaban.
  • – ¡Qué caro que está todo! La verdad es que no sé cómo vamos a hacer. – Le comentó MA a PA
  • – Bueno. Siempre que llovió, paró. – Respondió PA. Ni RO, ni LU entendieron lo que quiso decir.De nuevo en casa, mientras guardaban lo que compraron, MA volvió a decirle a PA que no sabían cómo iban a hacer que la plata ya no alcanzaba.
  • – No te preocupes, vas a ver que nos vamos a arreglar, algo va a salir. – La consoló PA y las mellizas entendieron que algo no andaba bien.

Al agua Pato

Por la noche, antes de cenar, MA fue a bañar a las nenas.

  • – Al agua pato pato, al agua pato pato, al agua pato y ¡al agua pez! – Cantaba MA, mientras metía a las nenas en la bañadera.
  • – ¡No MA! ¡No es al agua Pez! ¡Es al agua Cuec! – Dijo RO riéndose
  • – ¡Sí Ma, traé al Pato Cuec! Porfi – Pidió LU. Y MA les llevó un pato de goma con el que solían jugar mientras se bañaban
  • – ¿Este es el pato Cuec? ¿Y Por qué se llama Cuec? – Preguntó MA
  • – ¡Porque en lugar de decir Cuac dice Cuec! – Respondieron al mismo tiempo riéndose las dos nenas como si fuera algo obvio.

La Cena

  • – ¿Qué es eso del Pato Cuec? – Volvió a preguntar MA durante la cena, pero esta vez se dirigía a PA.
  • – Es un pato que tiene para decir algo muy pero muy importante, pero que nadie entiende. Mientras todos dicen Cuac, él dice Cuec.Pero seguramente, un día lo van a entender y van a ver que Cuec tenía razón.
  • – Y ¿qué quiere decir Cuec? – Quiso saber MA.
  • – No sé. Yo no entiendo pato. Imaginate que ni los otros patos lo entienden, mucho menos yo.
  • Las nenas se reían y contaron que había otra historia de la arañita.
  • – Sí – Confirmó PA – Hay una arañita que sube y sube, pero nunca llega a donde quiere.
  • – Y ¿a dónde quiere ir? – preguntó MA con desconfianza
  • – A un lugar donde esté segura y haya comida. Pero ese lugar no existe porque uno no puede tener todo lo que quiere. -Explicó PA.
  • Por ejemplo, ahora tenemos tiempo para estar todos juntos, pero no tenemos dinero, cuando tengamos dinero, no vamos a tener tiempo. ¡No podemos tener el tiempo y el dinero al mismo tiempo!
  • A MA no le debe haber gustado mucho la explicación porque cambió de tema, entonces no le pudieron contar la historia de la Cebra que quería ser Tigre.A la hora de dormir, PA les recordó a las nenas que, antes de dormir, abran las cajitas.

La Historia Jamás Contada

Al otro día, mientras desayunaban PA preguntó si había historias nuevas.

LU y RO negaron con la cabeza.

  • – Pero se levantaron contentas ¿No es cierto? – Y las dos asintieron con la cabeza.
  • – ¡Pero porque MA nos despertó con leche con chocolate y las galletitas que compramos ayer en el Supermercado! – Argumentaron
  • – Pero yo también me levanté contento y no tomé leche con chocolate, ni comí galletitas.
  • – No, Ustedes toman mate con bizcochitos.
  • – A mí me parece que Ustedes se levantaron contentas por otra cosa – Les decía PA mientras les hacía cosquillas en la barriga y las nenas se reían
  • – Yo, como Ustedes, me levanté contento y feliz como si la cajita me hubiera contado una historia, pero no me acuerdo de ninguna historia que me haya contado.¿Saben lo que pasó? – Les preguntó reuniéndolas como para contarles un secreto muy importante.Y sin esperar respuesta, les dijo: ¡Nos contaron la Historia Jamás Contada!
  • Hizo silencio mirando las caras de las nenas para ver si entendían, pero se ve que no. Que no entendían, entonces siguió.
  • – ¡Es increíble! ¡Tenemos una suerte bárbara! Hay muy poca gente que escuchó la Historia Jamás Contada.
  • – ¿Qué es la Historia Jamás Contada? – Preguntaron las mellizas
  • – Es una historia que las cajitas les cuentan a algunas personas muy especiales, pero que nadie puede volver a contar, no es como el Pato CUEC o la Arañita que subía, que podemos contarlas cuando queramos, esta historia no se puede contar, porque nadie se la acuerda.
  • ¿Y Cómo sabemos que nos contó una historia que no nos acordamos? – Preguntó RO.
  • – ¡Muy fácil! Si nos despertamos contentos es porque nos contó la Historia.
  • – ¿Y por qué te despertás contento cuando te cuenta la Historia?
  • – Porque se trata de una Historia que te dice que no importa lo que pase hoy, mañana podés estar mejor.
  • – ¿Y por qué no se puede contar?
  • – Porque es algo que no le podés enseñar a nadie.
  • Lo aprende uno solito o te lo enseña una cajita mágica.

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