Era un electrón perdido en el espacio,

Era un leptón girando despacio

En un remoto campo eléctrico

Con vida de sentido tétrico,

Vagando en los confines del universo,

Fluctuando, perdido, desconcertado,

Mi desplazamiento iba al derecho y al reverso.

Pero sentí tu onda gravitacional,

Algo que me llevaría a contigo colisionar,

No había visto algo tan divino,

Un ser con un halo, un disco de acreción

Más brillante que la estrella de la que vino,

Me diste un vector, con aceleración

Me diste sentido y dirección a mi vida,

Que me llevaría a ti al final de esta caída.

Tan gratificante es tu gravedad,

Que me dejará estar cerca de ti una eternidad,

Pues del espacio-tiempo eres la deidad.

Feliz estoy de pasar por tu horizonte.

Con tu chorro de belleza relativista me haría un arconte.

Sin quererlo, bailo en tu ergosfera a ritmo browniano.

Eres una maravilla del cosmos,

Deslumbrante desde el micro hasta el macrocosmos.

Tienes todo lo que puedo ver,

Eres todo lo que quisiera ser.

Toda una magnificencia, maja ciencia,

Que no puedo dejar de observar, de estudiar,

Cada vez más incomprensible,

Cada vez más irresistible.

Disfruto cada efímero y dulce momento.

Desearía que pasaren aún más lento.

Conviertes el espacio en seda,

Para que preciosamente te vistas con ella.

Suavisas todo a tu alrededor,

Me encanta viajar por esa seda de exquisito fulgor.

Me pide mi voluntad

Conseguir la seguridad

Para abrazar tu singularidad.

Tu beldad me atrae inversamente proporcional al cuadrado de la distancia que de ti me separa,

Nunca pensé que de esta forma mi espíritu, spin y momento hacia ti me curvaran.

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