Infaladrones.

Veo como los entrenan.

Entro en la casa y los sigo observando cuidadosamente.

Atento a sus movimientos, un entrenamiento y crianza.

Los llevan, los traen, los defienden y así se sienten gigantes.

No tienen miedo a sus mayores.

Cada vez llegan y llegan.

Es una escuela que de apoco se convierte en una universidad de destrucción y mala educación.

Bueno si la educación es mala.

Practican sus tácticas de ataques, peleas e improperios sus mejores frases.

Lo que menos quieren es hacer las pases, no está en sus genes y si uno muere, nacen diez más.

Son una plaga recurrente como las hormigas que aparecen y desaparecen.

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