Como si quisiera desprenderme de ésta piel
arrimo sol y sombra a éste espacio finito
donde mis pies (ya no) se hunden,
y voy olvidándome.
A lo lejos susurra algo bajito el tiempo,
porque tal vez fue el tiempo
quien cantó aquella canción la vez primera
y marcó en mi piel para siempre la pregunta.
¿Y quién tiene una respuesta si no atina la pregunta?
Mientras tanto yo fui aire, a veces piedra, también mano
y en mi sangre se anunciaba la pregunta.
La pregunta que está hecha de las nubes de la niña,
ésas nubes que al batirlas dieron luz a lo imposible
¿cuál es el camino que tiene corazón?
Y el viento sigilosamente anunció
Te va a llevar el tiempo que te falta,
bordeando el abismo quizás sepultaras
tus huesos y tu carne en ése entierro.
Mordiendo el fango que separa
el más allá de las palabras.
Porque así fuiste parida,
como si no hubiese más tiempo,
después de que tu llanto quebrara los ríos
abriendo más caminos
de los que pueden ser contados.
Cercando en islas inconexas
todo el amor que traías escondido,
puede que para siempre existas
detrás de todos mis silencios.
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