Un mundo sin mujeres.

Un mundo sin mujeres.

Edu

24/02/2019

Ana y Juan de ochenta y ochenta y cinco años respectivamente, solían tomar una infusión antes de dormir. Más de cincuenta años de puro y fiel amor.
Era el crudo invierno y en ese pueblo de cuarenta habitantes hacía mucho frío, eran las doce de la noche y nadie pasaba por el pueblo a esas horas y con esa temperatura. Juan terminó su infusión, dando un beso a su mujer y mirándola a los ojos le dijo.”Ojalá esto dure muchos años más «.
» Seguro que si » respondió Ana con una sonrisa.
Ana se quedó recogiendo la mesa, cuando oyó por fuera, en la calle, a alguien murmurando. Miró hacia la puerta, era una puerta de metal por la zona de abajo, y arriba barrotes, con separación de un cristal tallado, lo que no facilitaba la visión a la calle ni de la calle a casa. Siguió mirando y vio que alguien o algo subía por la cuesta de la puerta de su casa, murmurando una canción que helaba la sangre. Ana se alegró cuando «aquello» pasó la puerta y siguió hacia arriba.
Ana apagó la luz de la salita y vio como una cara se agolpaba en la puerta de su casa, y ese maldito murmuro. Ana subió rápido a la habitación mientras oía como golpeaban la puerta con un objeto contundente.» Juan, Juan despierta amor, alguien aporrea la puerta’.
Juan despertó somnoliento no sabía si soñaba o estaba de vigilia y esos golpes en la puerta, pum, pum, pum.
De repente se oyeron pasos dentro de la casa, avanzando por la salita, el pasillo donde estaba la escalera que daba a la habitación, pasó a la áltura de la escalera y pararon los pasos. De repente volvieron a sonar y se alejaban por el pasillo hacia la cocina.
Los pasos volvían a oírse más cerca y más cerca se paró de nuevo en la escalera y comenzó a subir.
Pum, pum el sonido de las botas en la escalera de madera puso histéricos a los ancianos, Juan se acercó a la ventana, pero la pusieron un forjado para que no entrara nadie, pum, pum…los pasos llegaron al primer descanso .Ya solo faltaban siete escaleras para que llegara a la altura de la zona de habitaciones, los pasos eran lentos pero firmes, seis, cinco, cuatro, tres…. Juan y Ana se abrazaron. Se abrió la puerta y vieron a ese ser con un hacha en la mano, un traje imposible de identificar lleno de sangre y suciedad, una máscara terrorífica de ojos grandes, supuraciones y una boca exageradamente grande.

Le arreó un fuerte golpe a Juan a Ana la tapó la boca con un trapo. La ató fuertemente de pies y manos y se la llevo arrastrando de los pelos.

Por la carretera sin luz y sin ningun tráfico iba aquel ser arrastrando a Ana de los pelos, quemandola la piel. Salieron de la carretera y cogieron un cámino de tierra, a partir de aquí la cogió para no dejar el surco de la mujer arrastrándose, subieron la ladera de una montaña entraron en una cueva. La cueva estaba llena de ganchos colgó a Ana de uno de ellos aun viva sacándole la punta por la nariz y así murió Ana. En ese momento cuatro seres, sucios, andando a cuatro patas aparecieron en la cueva y empezaron a devorar a Ana.

II

_ Cuatrocientos años antes, la peste mató a varias hombres de ese pueblo, milagrosamente se salvaron casi todas las mujeres. Cuatro hijas de una familia consiguieron salvarse.

Ana, tenía fijación por la filosofía, Maria tenía el arte de curar con las plantas, Garsea una artista pintora y Dionisia seguidora de dioses paganos.

Al morir sus padres fueron expulsados del pueblo acusadas de brujería ya que rompían los estereotipos de la época, por ser inteligentes, libres y emprendedoras.

En esa época llegó un nuevo párroco a la villa, hizo construir una gigantesca iglesia para representar la palabra de Dios .Cada vez iban mas mujeres a él, quejandose de las cuatro hermanas, con delitos de blasfemia y de engatusar a los pocos maridos que quedaban.

Al final el párroco tomó la decisión de declarlas brujas y a ser quemadas en una hoguera en la plaza del pueblo.

Al día siguiente las cuatro hermanas estaban en su casa, a cinco kilometros cuando vieron llegar a los que quedaban en el pueblo hacia su casa con antorchas. En ese momento se adelantó el parroco y las dijo: “Salid brujas en nombre de Dios os condenamos por blasfemia y brujeria”.

Era imposible intentar escapar o defenderse y aceptaron su destino. Las llevaron al pueblo y en la plaza las ataron a un palo hasta que llegará la noche.

Llegó la noche y se acercó todo el pueblo, las pusieron hierbas y maderas secas debajo, el cura recitó un salmo y tres muchachos comenzaron a prender la hoguera, las hermanas se cogieron de las manos esperando el final. Empezaron a quemarseles los pies pero enseguida el fuego las abrasaba enteras, el dolor era intenso no quedada ni un hueco de cuerpo sin dolor. Justo en el momento antes de morir vieron una figura con cuernos entre el fuego y Garsea gritó.

¡Os maldigo por el resto de vuestras existencias!

La vida de las cuatro muchachas se apagó con un dolor intenso.

III

Al dia siguiente una pareja de la Guardia civil estaba hablando con el destrozado marido de Ana.

“Tenemos que esperara que llegue el inspector y los de de cientifica para que recojan pruebas “

En ese momento apareciò una mujer en la escena, los dos guardias se quedaron mirando atontados.

“¿Qué pasa os sorprende una mujer inspectora o tenéis esa cara siempre?” Dijo Laura. Necesito un sitio donde hospedarme mientras resolvemos el caso.

“Solo hay una casa rural en el pueblo, según baja esta cuesta el camino de la derecha” –Respondió uno de los agentes.

Laura se encaminó a la casa rural, entró y allí había un chaval de unos veinte años que enseguida se levantó.

“¿Si señora? “_ Preguntó_

“Necesitaria una habitación para unos días, aún no sé cuántos”_ Respondió Eva_

“Claro señora, aquí siempre hay habitaciones por este pueblo casi nunca pasa nadie”_Dijo el muchacho con una media sonrisa_

Laura subió a la habitación y se tumbo en la cama dando un resoplido, vaya caso la esperaba.

Esa noche aunque hacía frio varias mujeres salieron a la plaza a charlar eran diez, a las once de la noche hacía mucho frio asi que se despidieron. Mari una de estas mujeres, entró en casa fue a la cocina y en la penumbra de la noche vio a una persona. Esta se levantó fue hacía ella, Mari dijo “¿Tú?” y la cortaron el cuello, para llevarla arrastrando por la carretera hasta la cueva donde los seres salieron y se la empezaron a comer.

Al día siguiente Laura estaba allí mirando el charco de sangre que desaparecía en la entrada de la casa. Laura comenzó una danza mientras dejaba banderolas con posibles pruebas, el olor a sangre la obligó a salir de allí un rato.Observaba la plaza del pueblo con su fuente en el centro y en lado una casa enorme que parecía abandonada.

“¿Y esa casa? _Preguntó a los guardias que la acompañaban_

“Es la casa de la familia Saez pero lleva años abandonada”_ Le respondió uno de los guardias_

“Bien entremos”_ Dijo ella_

“Nadie tiene llaves de esa casa, hace años que no se puede entrar_

A lo lejos Laura miró hacia la montaña y vio una ermita que había en lo alto.

“Es una ermita que se construyó en la Edad Media, ahora solo se utiliza para ir a la romeria del santo”_ Dijo uno de los guardias antes de que ella preguntara.

“Esta tarde subimos”_Ordenó ella.

Por la tarde fueron con el coche patrulla hasta el camino de tierra a partir de ahí avanzaron a pie

Comenzaron la ascensión a la montaña no era demasiado pero Laura no estaba acostumbrada y enseguida empezó a cansarse, pasaron por diferentes cuevas a las que se acercaban para mirar pero no se atrevían a entrar.Al fin llegaron a la ermita y aunque la vista de varios pueblos de alrededor era espectácular allí no encontraron nada sospechoso.

La noche llegó de nuevo.

Los asesinatos se seguían sucediendo cada noche y solo mataban mujeres. El pueblo y algunos de alrededor se quedaron sin mujeres, mientras los hombres morían en vida, sin la mujer no sabían hacer absolutamente nada. Aparte se iba yendo la alegría del pueblo las mujeres eran las que salían, hablaban, con lo cual las villas de los alrededores se estaban convirtiendo en sitios tristes, sin vida.

Laura no tenía nada, solo las huellas de una botas, era por la noche y subió a la plaza, miró hacía la ermita y parecía que tenía una luz encendida dentro pero al poco tiempo se dio cuenta que la Luna se elevaba y ya no lucía. En ese momento oyó una puerta que se abría, miró hacía la gran casa que estaba abandonada, en el primer piso vio a algo meciéndose en una silla con una luz enfocada desde abajo, lo cual ,daba un aspecto terrórifico. Le dio la impresión de que aquel ser la miraba a ella se le empezó a poner la piel de gallina y en se momento la tocaron el hombro, Laura asustada se dio la vuelta poco a poco y…

Era uno de los guardias.”No puedes estar sola por este pueblo”_ Le dijo_

“Si, perdona” respondió ella, dándose la vuelta. Justo en ese momento algo salía de la casa, por la cuesta que bajaba hacía abajo del pueblo se arrastraban tres seres que andaban a cuatro patas.

Al día siguiente en la fachada de la casa abandonada escrito en sangre ponía “Muerte”.

Laura con sus auriculares y bailando investigó aquella palabra, aún no tenía nada y llevaba ya varios meses con aquel caso.

Fue a darse un paseo por al campo para despejarse y se fijó en unas huellas de que habían arrastrado algo y llevaban hasta una cueva, entró y lo que vio allí la dejo estupefacta.

Decenas de trozos de cuerpos colgados de ganchos por la cabeza y parcialmente comidos.

Dentro oyó unos ruidos extraños, sacó su pistola y se adentró en la cueva siguiendo los ruidos. Llegó a una zona que parecía una sala y allí había, tres seres monstruosos que se movían a cuatro patas y David el muchacho de la pensión. Se acercaron a ella y uno de aquellos seres se la tiró a la cara, Laura no salió de allí y estos seres buscando venganza, arrasaron otros pueblos matando a las mujeres y así toda la vida que allí había.

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