Los lunes suelo quedarme en cama, me despierto y me duermo ignorando el paso del tiempo. Es el día en el que mi cuerpo descansa y mi mente se deja embrutecer por cualquier idiotez que encuentra en Netflix o YouTube. Hoy es lunes, el día donde no miro el reloj y no me importa si el tiempo me mata o yo mato al tiempo, es el día en el que me tiendo en el suelo a ver el techo y dejo que el tiempo se vaya y me haga más viejo sin la necesidad de hacerme más sabio. Los lunes no me importa la gente, ni me importo yo, los lunes como poco o me doy atracones de comida, los lunes observo como se marchita mi cuerpo por la falta de agua y percibo como se marchita mi alma por la falta de amor. Los lunes me quedo en casa con las cortinas cerradas, con las ventanas cerradas, con la puerta cerrada, con la mente cerrada y la música como única compañía. Los lunes solo existo, solo dejo que la espalda me duela por estar acostado tanto tiempo. Hoy es lunes y espero que mañana sea martes o viernes o cualquier día, pues ya van dos semanas en las que todos los días son lunes y no sé qué hacer.

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