Estamos en un mundo de solo vida y también de muerte. La vida, ¡mmmm… la vida! ¡qué difícil…!

Estamos en el camino, en la senda; ¡si! eso que llaman vida; qué es ahora, qué no es nunca. El hoy, el mañana, el luego…

¿Y para qué?, ¿para qué? sí la dulce nostalgia nos ataca con un pequeño lenguaje corporal, una pequeña sonrisa, un pequeño y dulce poder.

¿Cuantas veces has dicho que lo efímero, lo inventando, lo que no está aún tiene que existir?, ¿Quién se tomó la ventaja en este asunto?, ¿Quién tenía el derecho de la revolución?, ¿Quién conquisto el ejercito del cielo: las galaxias, el sol, la luna, las estrellas? ¿Quien dijo que te conocí?, ¿quién diablos se apodero de nuestra poca existencia? ¿quien tomo ventaja? ¿quien nos dará la revancha? ¿quien vivió lo que no tenía planeado? ¿quien invento la poesía para rompernos y para construirnos?

Dime: ¿Quién tiene el derecho de decir tantas mentiras?, porqué se promete lo que no se va a poder cumplir.

Realmente lo que duele es saber que siempre estamos esperando, esperando, y esperando a que el orgullo se acabé.

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